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El triste papel de Suro

Mientras se revela que desde el Poder Ejecutivo presionaron a varios magistrados –como a Guillermo Valdez Angulo y Consuelo del Rosario González Jiménez, entre otros– para que votaran a favor de revocar el acuerdo aprobado para promover la controversia constitucional en contra de las reformas al Poder Judicial, el magistrado presidente Ricardo Suro Esteves confesó a un diario local que “estoy con la conciencia tranquila”, no obstante que algunos de sus compañeros magistrados lo acusan de haberse entregado –y haberlos entregado– al gobernador, mientras especialistas en derecho constitucional reprobaron que no haya recurrido a la Suprema Corte de Justicia.

Pero no sólo eso. No obstante que violentó el propio reglamento del poder que preside al no haber convocado a la sesión del miércoles con 24 horas de anticipación y no entregarles con tiempo la propuesta presentada por cuatro magistrados contrarios a la controversia para el conocimiento y análisis de cada uno de ellos, Suro Esteves presumió: “Me parece que fue un ejercicio democrático que abona a buscar la credibilidad en el Poder Judicial”.

¿Es posible que tenga credibilidad un poder cuyos integrantes se someten a los caprichos y decisiones de sus pares –se asegura que bajo presión desde el Ejecutivo–, haciendo a un lado la dignidad y vergüenza, y permitiendo que les sea violada su autonomía e independencia? ¿Qué credibilidad puede tener un Poder Judicial cuando se sabe que la mayoría de los magistrados que lo integran cedieron ante las presiones de que fueron objeto y eso les limita su libertad para actuar con independencia? ¿Qué credibilidad pueden tener aquellos magistrados que prefirieron recular a una decisión tomada dos meses antes en sentido contrario, con tal de salvar sus intereses particulares?

Luego agregó: “A la gente no interesa ni le conviene tener un Poder Judicial fracturado ni le conviene tener dos Poderes separados…”. ¿Reconocerá, aceptará, Suro Esteves que él es el responsable de una posible fractura –no creo que suceda– del Poder Judicial ante su actitud entreguista ante el Ejecutivo y el temor de ganarle al gobernador Enrique Alfaro –y quizás dejarlo en ridículo– en caso de haber promovido, como era inicialmente el mandato de la mayoría del pleno, la controversia constitucional? ¿Acaso se dobló ante el Ejecutivo para amarrar su ratificación como magistrado, llegado el momento?

Sin dejo alguno de vergüenza, pena o arrepentimiento por la actitud entreguista asumida, para Suro el haber reculado a la decisión de recurrir a la Corte “le dará un nuevo rostro al Poder Judicial. El hecho de que se haya votado por una mayoría de no ir a la controversia, y ya teniendo todos los elementos, tuvimos la oportunidad de conocer, me parece es una gran oportunidad que tenemos todos los juzgadores, no sólo los magistrados, sino también los jueces, de hacer mejor las cosas”.

¿De veras creerá Suro Esteves que los 18 magistrados que metieron reversa para no presentar la controversia lo hicieron convencidos de que era lo mejor para el Poder Judicial y para Jalisco? ¿Se toma en serio que los siete magistrados que el 9 de junio votaron a favor de la controversia, se convencieron de que era mejor lo contrario sólo con lo establecido en la ley orgánica? ¿Creerá que Guillermo Valdez Angulo voto a favor de la reversa convencido de que era lo mejor? ¿A poco no cree que fue presionado?

Y la joya de la corona de su declaración fue que someterlos al examen de control y confianza “no es un invasivo de poderes”. El ejemplo que utilizó para reforzar su argumento lo dice todo: “hasta los médicos se tienen que certificar cada cuatro años”.

Después de todo esto, queda clara una cosa: Ricardo Suro ya amarró su ratificación… ¿o lo traicionarán de última hora? Al tiempo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I