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Hazlo sencillo

En mi experiencia como pedagogo, director y asesor educativo he encontrado engreídos expertos que quieren demostrar su aparente superioridad al hacer complejo lo que debiera ser sencillo. Nos llenamos de términos y definiciones, palabras rebuscadas al realizar programaciones, modelos educativos, sistemas de evaluación académica queriendo impresionar cuando en el aula poco o nada han estado presentes y mucho menos han sido profes de éxito.

Para que un modelo sea replicable debe ser sencillo, con metas medibles y alcanzables. Debe ser reproducido por cualquier persona, sin importar su inexperiencia, evitando toda posibilidad de error por necedad e ineptitud o por irreflexión de comprensión. Se le llama estúpido a quien se paraliza, al que se queda sorprendido, desconcertado sin comprender lo que sucede ante una indicación. Esto sucede continuamente en las escuelas cuando queremos que los docentes reproduzcan complejos sistemas absurdamente adornados por las autoridades que exigen formatos de dosificaciones, planeaciones, programaciones, avances programáticos y reportes inmensos, olvidándose de lo simple que puede resultar la educación.

En la industria y la mercadotecnia existe un principio de éxito basado en poder replicar algo que ya fue probado triunfalmente, se le llama KISS (keep it stupid simple, mantenlo estúpidamente simple, sencillo). Se debe ser tan inteligente para decir mucho con pocas palabras de forma que el reproductor del sistema lo acepte, asimile, comprenda, recuerde y reproduzca.

Apple hizo aparatos y aplicaciones tan sencillos y amigables que cualquier persona puede utilizar. Ahí radica su éxito. En educación hay hábitos que se logran con simples acciones que al repetirlas se vuelven actitudes positivas y triunfadoras que en cualquier escuela se pueden llevar a cabo: conseguir que los alumnos lean todos los días 15 minutos en español y 15 minutos en inglés, hacer cálculo matemático 30 minutos diarios, conseguir que aprendan cinco palabras nuevas en español e inglés y las utilicen en oraciones, cantar una nueva canción en inglés cada semana sabiendo lo que dicen, practicar un valor nuevo por semana. Hacer que los alumnos descubran, investiguen, experimenten con fenómenos de la naturaleza hasta llevarlos a las más altas tecnologías. Que tengan sus pequeños negocios, compren y vendan hasta lograr hacerlos empresarios. Menos programas para lograr más comprensión, aptitud, actitud.

Hagamos escuelas KISS, que logren avances impresionantes con metodologías sencillas, donde los niños sean felices con metas que ellos mismos alcancen. Para ello, el uso de plataformas interactivas que permiten el avance personalizado en todos los temas ha simplificado la educación. Si queremos una nueva escuela mexicana exitosa empecemos por crear sistemas sencillos al estilo KISS.

JJ/I