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Acción Colectiva es una red con la que Secretaría de Cultura (SC) de Jalisco lleva arte a cada rincón del estado. Esta iniciativa se alimenta de las creaciones de los autores que deciden formar parte de ella, especialmente de aquellos beneficiados por SumArte en Casa, como Octavio Jacuna, quien mandó a hacer 200 copias de Violeta y Nicolás, un cuento de su autoría que aún no ha publicado pero que generosamente ya comparte con sus vecinos.
Octavio Jacuna es un joven egresado de periodismo de la sede en Ocotlán de la Universidad de Guadalajara, que hoy escribe varios géneros literarios siendo el cuento su preferido, y lo hace a través de distintos formatos. Durante la pandemia por Covid-19, Octavio ha hecho uso principalmente de las redes sociales para seguir escribiendo.
Curiosamente, la contingencia sanitaria le dio una nueva oportunidad de lo impensable: compartir las líneas que integran Violeta y Nicolás en sencillas hojas de papel, unidas de la manera más rústica para invitar a sus vecinos a hojear el cuento, a leerlo en casa.
Luego de ser beneficiado por SumArte en Casa, Octavio, quien vive en una céntrica colonia de Guadalajara, salió con las copias de su cuento para tocar a las puertas de sus vecinos y regalarles la pieza.
“Unos me recibían muy bien, otros me veían con ojos de extrañeza, mucho más por la pandemia. Salgo con mi cubrebocas y me presento pronto para que sepan de qué se trata. Algunas personas me han querido dar una moneda creyendo que vendo mi cuento o pido algo a cambio de él. Les digo que no es así. Me he topado con un músico que me correspondió regalándome un disco que él hizo”, cuenta Octavio sobre las jornadas para distribuir el producto con el que participa en la Red de Acción Colectiva.
Violeta y Nicolás trata sobre un duelo. Nicolás pierde demasiado pronto a Violeta como para seguir disfrutando de las películas que tanto les gustan. La historia de los novios está hilvanada por el cine, por las funciones de las que tanto disfrutaban estando juntos y aunque el momento que Octavio retrata en este cuento es duro, tiene un final, si no feliz, al menos positivo: “Trato de encontrar lo positivo en todas mis piezas, cerrar con esa idea; no de ser de esos optimistas en el sentido más ligero o trivial, sino de cómo las personas tenemos la capacidad de resiliencia”.
Octavio dedicó varios fines de semana para regalar su cuento. En sus redes sociales hizo una campaña previa de expectativa. Por ejemplo, subió una foto a Instagram de un pizarrón anunciando el estreno de Violeta y Nicolás, colgado de un tendedero de ropa de la azotea de la privada donde está su casa.
También documentó en sus redes cómo iba integrando los juegos de copias y cada momento de su jornada. En sus fotos se ven las personas a la puerta de su hogar, con el cuento en sus manos: “Pensé que aquí en las cuadras de alrededor de mi casa habría unas 200 casas, ahora he visto que son como 600”.
El joven escritor dice que seguirá desde su ámbito contribuyendo a que la cultura persista, sabe que luego de esta pandemia ser lector y autor “no será igual”, y agradece el apoyo del fondo SumArte en Casa: “Me da mucho gusto que se interesen por este sector, pues sabemos que hoy los esfuerzos deben estar dirigidos a la situación sanitaria y, aun así, estoy siendo tomado en cuenta”.
jl/I