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Cines, lejos de ver una luz en el túnel

(MEDIDAS. Actualmente en China el aforo permitido es de 75 por ciento de la capacidad total. Foto: Cortesía EFE)

Sin grandes estrenos cinematográficos de aquí a final de año, los cines se desangran. No Time to Die, Black Widow, West Side Story, Dune… Todas debían ver la luz en estas semanas, pero los estudios han dado marcha atrás debido al coronavirus. Solo queda en pie Wonder Woman 1984, prevista para Navidad tras varios retrasos. 

Mientras tanto, las plataformas digitales se quedan con varios de los títulos que iban a llegar a los cines: las secuelas de Borat y Coming to America se verán por Amazon, mientras que Soul pasará a Disney+, al igual que hiciera Mulán. 

Y aunque en China ya apuntan a la recuperación, medio mundo se pregunta si habrá cines a los que regresar una vez acabe la pandemia. 

Suenan alarmas 

Las señales cada vez son más alarmantes para los cines en Estados Unidos, el mercado mundial más importante: la mayor cadena, AMC, ya ha advertido a sus inversores de que podría quedarse sin liquidez antes de final de año. “Dada la lista reducida de películas y sin aumentos significativos de público (...) los recursos en efectivo se agotarían a finales de 2020 o principios de 2021”, indica un informe. 

La compañía ha reabierto 494 de sus 598 salas, pero la asistencia ha caído 85 por ciento y las persianas siguen bajadas en grandes ciudades como Nueva York y Los Ángeles. 

Su principal competidor, Regal, tiró la toalla y clausuró temporalmente todos sus locales, que empleaban a unas 40 mil personas. 

El retraso hasta 2021 en el estreno de la última cinta de James Bond fue la gota que colmó el vaso. Tan solo Warner Bros., se ha atrevido a estrenar en los cines Tenet, de Cristopher Nolan, una inversión de 200 millones de dólares. 

“Cuando se lanzó, apenas 20 por ciento (de la audiencia estadounidense) sabía que los cines ya estaban abiertos; con promoción subió a 40 en tres semanas. Si se comienzan a anunciar películas se despierta la atención”, explica a EFE Patrick Corcoran, vicepresidente de la Asociación Nacional de Propietarios de Cines (NATO, en sus siglas en inglés). 

Hollywood tiene un atasco de películas que no se atreve a estrenar. Tampoco el streaming parece la solución. 

Es difícil sacar rentabilidad a una gran producción en Internet y para los cines es imposible mantenerse operativos sin una cartelera atractiva. 

Recuperación 

China fue el primer país azotado por la pandemia y poco después de decretar la emergencia nacional a finales de enero, las autoridades decidieron clausurar indefinidamente todos los espacios cerrados de entretenimiento, como las salas de cine. 

En julio reabrieron con medidas restrictivas: limitación de espectadores, controles de temperatura y distancia. Con las semanas, y dado que la pandemia parece bajo control en el país, se aumentó el aforo; ahora reciben a hasta 75 por ciento. 

Según estimó en abril la Administración del Cine de China, las taquillas dejarán de generar hasta 4 mil 465 millones de dólares este año. 

De hecho, la taquilla china ya supera a la estadounidense este año. Hasta la fecha, según cifras de la firma especializada Artisan Gateway, China suma unos mil 988 millones de dólares en 2020, por los mil 937 millones de dólares recaudados en el país americano. 

Un año perdido 

La industria cinematográfica de Brasil tuvo en 2019 su mejor año en casi dos décadas, con una taquilla de más de 485 millones de dólares. Los cines preveían un 2020 aún mejor, hasta que irrumpió la crisis del coronavirus y puso el sector contra las cuerdas. 

“Nuestra estimación es cerrar el año con una reducción de 75 por ciento con respecto a 2019. Dejaremos de facturar unos 360 millones de dólares”, dijo a EFE el presidente de la Federación Nacional de las Empresas Exhibidoras Cinematográficas (Feneec), Ricardo Difini Leite. 

Brasil vive una desescalada gradual desde junio y, desde comienzos de octubre, diversas ciudades han permitido también la apertura de cines, teatros, museos y espacios culturales, bajo un estricto protocolo sanitario. 

“La remontada será muy lenta, muy gradual, no habrá un aumento muy significativo. Infelizmente, podemos decir que este ha sido un año perdido”, lamentó Difini, quien proyecta que serán necesarios al menos seis meses para que la industria consiga recuperar los “niveles similares a años anteriores”. 

jl/I