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Vacunación empedrada

El camino de la vacunación en México contra el Covid-19 ha sido tan empedrado y cuesta arriba que supone el mejor ejemplo de la gestión de la pandemia. 

Cabe recordar que hay un plan. El documento rector se denomina Política nacional de vacunación contra el virus SARS-CoV-2, para la prevención de la Covid-19 en México y fue presentado el 11 de enero de 2021. 

El documento de 39 páginas fue editado por Hugo López-Gatell y otros siete funcionarios federales. Es el resultado de las recomendaciones del grupo técnico asesor de vacunas instalado en México y define los diferentes tipos de “candidatos vacunales” y la “priorización de los grupos de población que se vacunarán, las etapas y logística de la estrategia, así como el plan de comunicación”. 

Ahí se aprecia que el grupo prioritario fue el personal médico y sanitario de primera línea… vacunado en enero. Luego en febrero, el personal de salud “restante”. Aunque parezca increíble, apenas hoy en Jalisco están vacunando a ese sector (enfermeros, médicos y dentistas de instancias privadas). Olímpicamente se los brincaron hasta que no soportaron la presión social. 

El documento dice que entre febrero y abril serían inoculadas las personas mayores de 60 años. Sin embargo, falta completar su esquema a los ancianos en decenas de municipios. En Jalisco, particularmente en la Zona Metropolitana de Guadalajara, se han vivido escenas patéticas. Miles de personas haciendo filas por días enteros, desesperadas por la ansiedad de sentirse protegidas y completamente a la deriva porque la autoridad no las organizó. 

Ha pasado de todo. No han llegado las vacunas a tiempo, cambian de sedes y su cantidad, falla el sistema de registro y luego no le hacen caso, los municipios se desentienden de las filas (luego cambió eso), se metieron personas a las colas, se han robado dosis y un largo y consistente etcétera. El gobierno estatal apenas puede reprochar repetidamente la falta de diligencia de la Secretaría del Bienestar federal. 

El primer responsable de este despropósito en Jalisco es Armando Zazueta Hernández, delegado estatal de Programas para el Desarrollo en la entidad. Es el primero, pero no el único. 

A pesar de todo, también hemos tenido buenos ejemplos de organización en la ciudad. La Universidad de Guadalajara (UdeG) ha mostrado el mejor método de organización. Ha paliado los problemas con magníficos profesionales y voluntarios. Hasta el gobierno del estado demostró que la vacunación al magisterio con un sistema de citas era posible y lograron por fin tener orden en el proceso. 

A pesar de estos ejemplos positivos, ayer, al reanudarse la vacunación de los adultos mayores en Guadalajara, también volvió el desastre. De nuevo, filas interminables. 

Retomando el documento rector de la vacunación, la etapa tres consideraba vacunar a las personas de 50 a 59 años durante abril (no pasó) y mayo. Sólo en algunas ciudades como la CDMX comenzó pero en Jalisco no hay visos. 

El resto de los grupos etarios ya se retrasó al menos un mes de lo programado. 

El tercer criterio en el plan eran las personas con comorbilidades: tema olvidado por López-Gatell. En cambio, se adelantó la vacunación al personal docente (cuarta etapa). Un ejemplo de este despropósito es que se han inoculado hasta jóvenes normalistas de 20 años que hasta el próximo año harán sus prácticas profesionales. En otros excesos, se vacunó a personal administrativo o colaboradores que su centro de trabajo no está en las escuelas. 

No es fácil organizar la vacunación masiva. Lo entiendo. Es inédito, cierto. Las farmacéuticas han retrasado envíos, es verdad. Pero tropezar de nuevo con la misma piedra y no respetar ni siquiera su propio plan de vacunación es algo reprobable hasta con tufillo de negligencia. 

@cabanillas75 

JB