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Saldívar reactiva el triunfo en GDL

(Foto: Jorge Alberto Mendoza)

La segunda tarde de toros del serial De la Reactivación, en la Plaza de Toros Nuevo Progreso de Guadalajara, tuvo aroma hidrocálido. Volvió el triunfo, los olés y la gente a salir toreando del coso de La Monumental, con un triunfo ganado a pulso del matador Arturo Saldívar. 

Toros de Palma del Río y La Antigua, que si bien ofrecieron calidad en sus embestidas, las falta de motor y la debilidad demeritaron faenas que pudieron ser de importancia. 

Tarde cómoda de toros, sin viento y sin nubes y con el ánimo de la afición a tope, que se reflejó en los tendidos, pues la entrada mejoró significativamente con relación a la corrida pasada. En el cartel, dos de a pie y uno más a caballo, que dejaron muestra de ganas y de arrojo, así como el corazón puesto por delante con tal de triunfar en esta plaza. 

Arturo Saldívar fue el triunfador absoluto. La suerte estuvo de su lado, sumado a sus amplias capacidades y una madurez que dejó ver en su quehacer taurino delante de un toro que, habrá que destacar, colaboró al triunfo. 

Con el primero de su lote, el de Aguascalientes logró buenos detalles, pero sobre todo, dejó ver que la pandemia, no le mermó en el tranco para la suerte suprema. Lo mejor de la tarde vino en el cierre de su actuación, luego de que el sexto astado de la lidia ordinaria, tuviese que ser devuelto a corrales por un problema de movilidad. Y vino el reserva, un toro del hierro de Fernando de la Mora que ofreció a Arturo embestidas con emotividad, recorrido y calidad, en una faena de mantuvo el ritmo de principio a fin, son trasteo variado y sobre todo, con ese sello particular del joven coleta. 

Se fundió en largos y sentidos derechazos que el público, ávido de toros, le jaló fuerte. Cambiados por la espalda, pases en redondo y una estocada fulminante que entró hasta los gavilanes, bastó para que se le concedieran, con fuerte petición, las dos orejas. 

Por su parte, el también hidrocálido Arturo Macías, estuvo en plan grande, con oficio y con el entendimiento necesario para lidiar y exprimir lo más posible a los dos de su lote. Tandas sentidas con su primer enemigo calaron en los tendidos, igual que con su segundo, al que le cuajó muletazos de mucha valía. Falló con el acero en sus dos toros, perdiendo así la oportunidad del triunfo. 

Mientras tanto el rejoneador Emiliano Gamero, no tuvo una tarde de goce. Dejó, eso sí, detalles importantes en sus finas cabalgaduras, pero pechó con astados de poca movilidad, lo que sumado a su errático tino con las banderillas, le causó protestas del público. 

jl/I