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IEPC e INE, visibilidad de elección en Tlaquepaque

El fin de semana pasado se desarrolló la elección extraordinaria del municipio de Tlaquepaque, en la que resaltaron varios aspectos de gran interés por tratarse de una elección única, es decir, a diferencia de la que se llevó a cabo en junio pasado, en la que el proceso fue concurrente y se hicieron coincidir elecciones federales, estatales y municipales. 

Después de la declaratoria de nulidad de la elección de junio y, todo el proceso mal coordinado por autoridades locales y federales, finalmente, la resolución la dio el Tribunal Federal Electoral que resolvió varias controversias interpuestas por los partidos y por las autoridades estatales, en las que se determinó la fecha y modalidades de la elección del 21 de noviembre. 

Un elemento que resalta de manera inmediata es que la participación ciudadana para esta elección alcanzó solamente el 21.6 por ciento del Padrón Electoral, que se traduce en casi 103 mil votos de 490 mil posibles. Al tratarse de una elección única y de la participación de diez partidos, siete nacionales y tres locales que cuentan con las prerrogativas correspondientes a los recursos para la promoción del voto, el resultado es bastante precario. Algunos de los dirigentes nacionales de los partidos en disputa se quejaron de la baja participación ciudadana. Parecería que son víctimas de una ausencia de votantes y que no recae en ellos responsabilidad alguna. 

Constituye éste un tema profundo, diez partidos no lograron captar el interés del votante de Tlaquepaque y eso, definitivamente es responsabilidad directa de los partidos que ahora intentan, por diferentes narrativas, eludir que la baja participación ciudadana se traduce en un distanciamiento de los partidos respecto de la ciudadanía. En efecto, las bases de los partidos constituyen áreas de interés que fueron a votar, sin embargo, hay una ciudadanía que no sintió mayores factores de representación por ninguna de las plataformas, así como de los candidatos y candidatas de los partidos que dejaron observar una enorme lejanía respecto de los votantes. 

Un argumento planteado por los partidos fue la brevedad del tiempo de la campaña para la elección extraordinaria, sin embargo, las candidaturas, en general, abarcaron prácticamente a las mismas personas de la elección de junio. Se trata, pues, de un argumento endeble cuyo resultado fue una votación extraordinariamente débil contra expectativas muy altas por parte de la narrativa de los partidos. 

Hubo mil 871 votos anulados, es decir, además de la baja participación, no obró el convencimiento para que de los participantes en la votación desarrollasen con convicción una línea de interés para la orientación de sus votos. Por otra parte, se emitieron votos para 325 candidaturas no registradas, lo que dispersó el sentido del voto. 

El elemento importante que se puede resaltar lo constituye la organización del proceso electoral. Ciertamente, ante fallas en algunas casillas, el resultado general ofrece una enorme certidumbre, lo que marca la importancia y relevancia del órgano ciudadano profesional de los procesos electorales. De esta forma, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, así como Instituto Nacional Electoral, mostraron la experiencia acumulada electoral y dejan en claro la importancia de su trabajo institucional para garantizar procesos confiables. 

La crisis de acercamiento de los partidos políticos con la ciudadanía, así como de la falta de credibilidad de la mayoría de ellos, en contraposición con la certeza de los órganos electorales, constituyen algunos ejes, entre otros, de los que puede extraerse un primer acercamiento de los resultados de la elección en Tlaquepaque. 

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