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Osadía de amar a un otro

Entre nuestros jóvenes vivir el amor en pareja se ha vuelto un mandato, se anhela con una urgencia desmesurada y se pretende conseguir con inmediatez. De pronto es más importante elegir a quien sea que elegir bien. Estamos en una época en la que se requiere buscar cualquier compañía para no vérselas consigo mismos. Pensar que es mejor estar con alguien, con quién fuere, en lugar de estar solos.

Estas conductas llevan a un desconocimiento personal, pues es más fácil conquistar afuera que analizarse dentro, porque es más confortable ir al acecho que observar la angustia interna. Tal parece que se trata de un desencuentro, una particular sensación de soledad que no cesa ni con altas dosis de redes sociales y videojuegos, que no se disimula con la fiesta del fin de semana ni con la implementación de conductas de riesgo, mismas que las y los jóvenes invisibilizan o racionalizan para convencerse a sí mismos de que sólo están experimentando y están viviendo su etapa.

Y está bien, están reconociéndose, aunque siempre vale el intento por recordarles que inevitablemente toda decisión y/o acción conlleva una consecuencia.

Los consultorios de pronto están llenos de padres y madres que desean que sus hijos e hijas estén libres de trastornos emocionales, pero que a su vez tengan excelentes calificaciones, les guste el deporte, cuiden su alimentación y aprendan dos idiomas. Que elijan una carrera a la que van a dedicarse el resto de sus vidas. Que hablen fuerte, pero que no griten. Que sean libres, pero que no disientan. Que estén libres de vicios y traumas. Que elijan una buena persona para enamorarse, una que no les lastime, ni les ningunee. ¿Qué significa elegir bien?

Padres y madres de familia, sigan con su ardua, loable y dignificadora labor de vida, sus críos los necesitan. Los necesitan conscientes. Definitivamente exigentes, pero también presentes, respetuosos y profundamente amorosos. Nadie nos garantiza que los vínculos salgan bien, ni ellos ni ellas vienen con un instructivo. Todos y todas venimos con la referencia del molde que nos tocó, de ese para el que nos alcanzó.

Jóvenes, no hay prisa para tener una pareja ni para formalizar. No podemos estar con alguien sólo para llenar un vacío, sólo estemos con alguien cuando solos con nuestro vacío estemos bien. ¡Suerte! En este intento de enamorarnos y en esta osadía de amar a un otro.

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jl/I