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Ser mujer

El desafío de ser mujer es inevitable en cualquier siglo, en cualquier país, en cualquier cultura, con cualquier nivel socioeconómico, indistintamente del trabajo en el que se desempeñe, e incluso el desafío que es sobrevivir a ser mujer en cualquier época del año. Mientras vestimos colores ocres en el otoño, mientras nos preparamos con ropas térmicas para el invierno, cuando ocurre el equinoccio de la primavera o cuando sacamos los shorts y los vestidos para el verano. Y no me refiero a colores y ropas porque las mujeres podamos reducirnos a ello, sino porque dentro de todo el universo que es existir, con cualquier singular condición que nos toque o en la que nos sitúe la vida, debemos cuidar de manera distinta de nosotras mismas a razón de nuestro género.

Sin pretender ahondar desde lo obscuro de este tema, que espero lograrlo, más bien intento trazar en este corto escrito alguna idea, experiencia o situación que nos permita reflexionar, autobservarnos o nos estimule a abrir el dialogo y hacer comunidad con otras mujeres con las que podamos sentirnos libres y contenidas. Porque sólo una mujer sabe lo que es vivir siendo una mujer.

He conocido a muchas mujeres, especiales, singulares y admirables en muchos sentidos cada una. En mi práctica profesional he tenido la oportunidad de mirarlas y escucharlas mientras las acompaño. Las mujeres durante la historia nos hemos acompañado, incluso las mujeres que se levantaron “en armas” para luchar por los derechos que ahora gozamos aún nos acompañan en el camino. Las honramos.

Las mujeres nos involucramos en la ciencia, el arte y la investigación. Las mujeres trabajamos, discrepamos y engendramos. Las mujeres nos divertimos, nos ejercitamos, descansamos y tenemos sexo. Las mujeres intentamos pensar en línea recta, de verdad que lo intentamos, pero también somos profundas y apasionadas.

Inevitablemente las mujeres también tenemos una dosis de rabia. Contenemos en nuestro ADN los atropellos de la historia. Cargamos con la intolerancia de las miradas lascivas del conjunto. De pronto, nos encuentran con los ojos enfurecidos por los gritos que no pudimos dar, por las palabras no dichas, por el sexo no consentido.

Diría la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi, feminista es todo aquel hombre o mujer que dice: “Sí, hay un problema con la situación de género hoy en día y tenemos que solucionarlo, tenemos que mejorar las cosas”.

Las mujeres deseamos que se faciliten conversaciones que fecunden caminos de reflexión y cambios.

Las mujeres deseamos andar nuestras vidas.

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