El especialista en seguridad internacional por el King’s College London, Víctor Hernández Ojeda, explicó que tras la explosión del coche bomba en Michoacán, el gobierno de México evitó utilizar el término “terrorismo” para no dar pie a una posible intervención militar de Estados Unidos.

Hernández Ojeda precisó que, aunque los ataques con minas y explosivos resultan aparatosos, los cárteles no buscan sustituir al gobierno mexicano ni expresar una postura política o religiosa. Los cárteles, a diferencia de grupos terroristas, operan como empresas criminales cuyo único objetivo es generar ganancias.

Sin embargo, advirtió que, pese a no cumplir la definición técnica de terrorismo, a Estados Unidos le resulta útil emplear ese término para preparar un casus belli, es decir, una justificación para acciones militares.

El especialista recordó que México evita usar la figura legal del terrorismo porque ello implicaría cumplir compromisos estrictos en materia de derechos humanos. En contraste, potencias como Estados Unidos y Reino Unido han desarrollado modelos de intervención que eluden el Derecho Internacional, mediante invasiones, ataques o ejecuciones extrajudiciales, realizadas de forma unilateral.

Hernández Ojeda aseguró que los signos de injerencia ya son visibles: ataques a lanchas en el Pacífico, así como drones y aviones estadounidenses operando en espacio aéreo mexicano. Por lo que no se puede descartar que haya una intervención por tierra en una fecha no tan lejana.

En el caso del coche bomba en Michoacán, señaló que en la región existe una profunda corrupción y robo de explosivos y armamento militar por parte del crimen organizado.

El escritor reiteró que el gobierno mexicano evitará usar la palabra terrorismo para no abrir la puerta a una intervención militar. Y añadió que Donald Trump sigue con atención lo que ocurre en México, buscando elementos para armar un casus belli.

GR