El neumólogo internista e investigador de la Universidad de Guadalajara, Gustavo Adolfo Rosales Chávez, explicó que la reciente prohibición de los vapeadores en México responde a riesgos comprobados y potenciales para la salud pública y a la falta de regulación sobre los componentes que contienen estos dispositivos.
El especialista detalló que el sistema respiratorio humano está diseñado para inhalar aire limpio y que cualquier sustancia ajena, ya sea humo, partículas o aerosoles, puede provocar irritación y daño desde las vías aéreas superiores hasta los pulmones. En el caso de los vapeadores, señaló que se trata de aerosoles que ingresan directamente al tracto respiratorio y que suelen contener nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas cuya composición no siempre está identificada.
El doctor advirtió que uno de los principales problemas de los vapeadores es la ausencia de controles estrictos en su fabricación, etiquetado y distribución. Indicó que diversos estudios han encontrado discrepancias entre lo que declaran los fabricantes y los componentes reales de los productos, incluyendo la presencia de otras drogas o sustancias no reportadas, lo que incrementa el riesgo para los consumidores.
El neumólogo recordó que el uso de cigarrillos electrónicos fue vinculado con casos de daño pulmonar grave, conocido como EVALI, particularmente en Estados Unidos, donde se registraron decenas de muertes y hospitalizaciones por neumonías severas asociadas al vapeo. Explicó que estos cuadros no se habían observado con la misma intensidad en el consumo de cigarro convencional y que se relacionaron con la inhalación de ciertos compuestos, como derivados de la vitamina E.
En cuanto a los efectos a largo plazo, el especialista señaló que todavía no es posible establecer una relación definitiva entre el uso de vapeadores y enfermedades crónicas, debido al poco tiempo que llevan en el mercado. Sin embargo, advirtió que estudios en laboratorio y en modelos animales ya muestran daño celular y alteraciones similares a las provocadas por el tabaco, por lo que no se descarta que en el futuro se asocien con cáncer y otras enfermedades pulmonares.
Rosales Chávez indicó que investigaciones recientes muestran que los usuarios de cigarro electrónico presentan con mayor frecuencia síntomas como irritación de garganta, cambios en la voz, tos, flemas, obstrucción nasal y cuadros parecidos al asma.
Respecto a las políticas públicas, el especialista reconoció que las medidas para reducir el consumo de tabaco han tenido efectos positivos, aunque advirtió que el vapeo ha ganado terreno como producto emergente.
El especialista consideró que la prohibición de los vapeadores es una medida favorable desde el punto de vista de la salud, aunque reconoció el riesgo de que se genere un mercado negro. Subrayó que, desde el ámbito médico, la recomendación es clara: evitar el uso de estos dispositivos hasta que exista una regulación completa y evidencia suficiente sobre su seguridad.
Finalmente, el neumólogo concluyó que la prohibición debe ir acompañada de información clara para la población, especialmente para las nuevas generaciones, a fin de explicar por qué estos productos no son seguros y prevenir daños a la salud.
GR










