INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Solo

Seguramente Disney ya ha prendido las alarmas tras el estrepitoso fracaso en taquilla de Solo: Una historia de Star Wars.

El monstruo del entretenimiento debe reflexionar en un punto clave: ¿se debe vivir de una saga creada hace más de 40 años sin entender su profundidad y lo fuerte que está enraizada en el inconsciente colectivo mundial? No sólo se trata de generar productos para hacer dinero, sino de crear obras con un sólido sistema de creencias como el que hizo George Lucas.

¿En realidad es tan complicado ver en Star Wars una reflexión sobre la lucha entre el bien y el mal que hacen al ser humano tan complejo y único? Solo: Una historia de Star Wars no tiene alma, ese es su problema. Su guion está construido en supuestos huecos que les hacía falta llenar para los fans, por ejemplo, que el nombre de Han Solo haya nacido de un momento que se plantea como tonto e inverosímil y donde se quiere reforzar que el héroe de la trilogía inicial se hizo a sí mismo como los héroes imbatibles de las luchas épicas. Si así es, ¿qué importa su nombre?, ¿qué importa que sea un hombre sin pasado y solitario, qué atributo le da la orfandad?

El director, Ron Howard, se preocupó en hacer un drama clásico, una historia de amor trunca por las circunstancias sociales, en este caso, un pueblo sometido a un régimen totalitario. No queda claro por qué su sarcasmo, con pincitas se muestra cómo nació la amistad entre Solo y Chewbacca y cómo lo muestran está lejos de ser congruente con la amistad que se muestra en la relación del personaje interpretado por Harrison Ford.

El elenco es débil, con personalidades a las que les falta experiencia. Nadie cree que al personaje de Emilia Clark haya pasado del lado bueno al malo sin tener un proceso crudo, triste y desgarrador, como lo fue con Anakin Skywalker. Alden Ehrenreich consiguió un par de posturas que recuerdan a Harrison Ford, pero le falta malicia, naturalidad, le faltan pantalones, es más un clown al estilo del viejo Hollywood que un incipiente héroe capaz de enfrentarse a las consecuencias de sus malas decisiones.

Donald Glover es más un imitador callejero de Elvis Presley o un pandillero, que un Lando Calrissian capaz de liderar con arrojo un ejército, salvo la manera como muestra los dientes, lo de Glover es olvidable.

Disney deberá entender que detrás de Star Wars hay una ética y una filosofía que le sirven a la estética. El producto debe estar sostenido de un espíritu y un alma, algo que no se puede copiar, quedó claro.

@WhoIsFranco

FV/I