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Morena-PRI: lucha de fuerzas

Ricardo Anaya visitó Jalisco el viernes pasado para acompañar a Enrique Alfaro –su candidato a la gubernatura por el partido Movimiento Ciudadano– a su cierre de campaña regional en Chapala; hoy martes estará José Antonio Meade en Zapopan para encabezar lo que se apuesta sea una magna concentración en el Auditorio Benito Juárez y el domingo tendremos la presencia de Andrés Manuel López Obrador en su cierre de campaña con Carlos Lomelí en la Plaza Juárez.

A diferencia de AMLO, cuya visita sí se anuncia como cierre de campaña en Jalisco, en el caso de Meade primero se extendió la invitación convocando simplemente a conocer “las propuestas de nuestro candidato”, pero más tarde se rectificó y se anunció como un “precierre de campaña”, lo que quiere decir que vendrá a un cierre (final-final) de campaña; en tanto que se desconoce si Anaya regresará para acompañar a su candidato al gobierno estatal del PAN, Miguel Ángel Martínez Espinoza, y a su candidato a la gubernatura del PRD, Carlos Orozco Santillán –considerando que junto con MC son los partidos con los que conforma la coalición Por México al Frente–, a sus respectivos cierres de campaña o si con acompañar a Alfaro –el puntero en las encuestas– dio por agotada su presencia en Jalisco.

De ser así, será imposible realizar una medición de fuerzas entre los tres candidatos presidenciales en la tercera entidad con mayor número de electores –después de la Ciudad de México y el Estado de México–, pues lo del viernes de Anaya fue un cierre regional y solamente del candidato naranja, en tanto que el de Meade dependerá de qué tanto logren trasladar –acarrear se me hace una falta de respeto para todas las personas que acudan– a la sede de la reunión para considerarlo o no un cierre de campaña, mientras López Obrador buscará dar el campanazo con una magna concentración que dicen sus seguidores “hará historia”.

Descartando a Ricardo Anaya, será interesante conocer el punch de López Obrador y Meade en Jalisco, pues si bien con ninguno de los dos se habla de una concentración de simpatizantes de todo el estado –costaría mucho financiar el traslado desde diversos puntos de la entidad–, los escenarios donde estarán presentes son idóneos para reunir a simpatizantes de la zona metropolitana y municipios circunvecinos.

El Auditorio Benito Juárez tiene una capacidad para 13 mil personas (10 mil en las graderías y 3 mil en el ruedo, cifras oficiales), por lo que habría que saber si el PRI pretende abarrotar la también sede de las Fiestas de Octubre o llevar lo que se pueda como sucedió cuando Meade estuvo en la Plaza de Toros Nuevo Progreso y donde quedaron muchos espacios vacíos.

En el caso de la Plaza Juárez donde estará AMLO, hay el suficiente espacio para llevar a cuanto simpatizante se quiera o de acuerdo con la capacidad de movilización que tenga Morena en la zona metropolitana, pues además la explanada está a lo largo de la avenida y las calles adyacentes.

Si bien este tipo de concentraciones tiene sus asegunes –una gran cantidad de asistentes no acuden por voluntad propia o por gusto–, los cierres de campaña sirven también de termómetro para conocer la fuerza de la estructura de los partidos políticos para el día de la elección. Si bien no todos los asistentes a estos eventos son parte de esa estructura, pues a ellos asisten hombres, mujeres, jóvenes menores de edad, adolescentes y niños, de entrada los más comprometidos en asistir son aquéllos que se mueren en la raya por su candidato o partido, como puede ser el caso del PRI y Morena, y que tienen la encomienda de llevar a cierto número de simpatizantes.

La fuerza que Morena y el PRI demuestren en estas concentraciones de alguna manera deberá reflejarse el día de la jornada electoral. Al tiempo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I