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Generaciones perdidas

A finales de la década de los años 80 del siglo pasado fue el tránsito entre el llamado Consejo de Recursos para la Atención de la Juventud del Estado de Jalisco y éste cambió a lo que se conoció como el Consejo Estatal para el Fomento Deportivo y el Apoyo a la Juventud (Code) en manos del doctor Saúl Figueroa L. En apariencia una gran transformación, pero con los vicios y control férreo del partido que está en el poder en cada momento. Hay otros cambios de nombre en el camino, pero han sido mínimos.

Esto lo podemos constatar a partir de la transición de poderes entre el partido tricolor y el blanquiazul, poco cambió, sólo que llegó para bien de algunos el nuevo esquema llamado Olimpiada Juvenil y/o Nacional en 1996, un respiro para todas las partes al darle un giro y frescura al deporte infantil en un primer momento junto con los juveniles que vendrían a ser los protagonistas posteriormente.

Fueron dos generaciones de alumnos de la carrera de Cultura Física y Deportes de la Universidad de Guadalajara que incursionaron profesionalmente y se posicionaron de alguna u otra forma en dicha institución.

El primer grupo llegó justo a mediados de los 80, en pleno tránsito de nomenclatura de dicho ente del deporte. Casi una década después llegó la segunda generación con el control estricto que tuvieron los panistas bajo la dirección del cirujano dentista Carlos Andrade G., que su periodo duró nada menos que 17 años, y de pilón tuvieron su ‘domingo’ con los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 ¡bello y noble deporte!

Pero todo lo que inicia debe terminar y parece que esas dos generaciones llegaron, crecieron sobre todo económicamente, no se reprodujeron y son casi cadáver.

Nunca se preocuparon por el desarrollo global e integral de su comunidad, de su gremio, sólo vieron por su interés personal y a corto plazo. La primera generación prácticamente esta borrada, la segunda ahora está volteando a ver a dónde se cuela y buscando un salvoconducto, como sea y casi a donde sea, “pobrecito mi patrón, piensa que el pobre...”

Han pasado más de 30 años y como siempre la historia está por iniciar. Llegarán algunos sobrevivientes o simplemente habrá renovación de cuadros, caras y porqué no de género. Por lo pronto ahora todos los nuevos –mujeres y hombres– están de afloje, sin preocuparse de las vetustas generaciones.

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JJ/I