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Plataformas

La desaparición de la tienda estadounidense Toys’R Us ha sido el paso más visible a una nueva era de consumo. La marca Mattel anunció, después del cierre de las tiendas de la cadena de juguetes, que cerraría sus plantas de producción en México. Todos culpan a Amazon, la empresa del hombre más rico del mundo, Jeff Benzos, porque ahora las compras en línea interesan más a los clientes y reciben sus productos en la comodidad de casa.

En el cambio de consumo en el que me quiero detener es en el de la televisión.

Hoy en día los temas de conversación –en algunas capas de la población– están dominados por las series de las plataformas digitales, la más popular es Netflix, que ha comenzado a ganar audiencia en México a partir de sus contenidos originales, su apuesta es a enlazar sus distintas regiones a través de series y películas. Ahora en México se pueden ver producciones argentinas y españolas, en España y argentina se ven creaciones mexicanas. Luis Miguel es popular en estos países, La casa de papel se posicionó fuerte en Argentina al igual que Merlí y Netflix eliminará esa regionalización que hizo el DVD.

Pero Netflix ofrece pocos servicios al usuario, es más un video on demand que otra cosa, a diferencia de Amazon Prime, que en dispositivos portátiles, con sólo mover el cursor, da información de los actores de la escena y el soundtrack sin acudir a imdb.com para saber del elenco ni shazam o SoundHound para saber de la banda sonora.

Mientras Netflix recoge series de probado éxito y posiciona sus propios contenidos, la oferta de Amazon Prime es más selecta y aún focalizada en Estados Unidos, pero su material original es menos complaciente, como lo demuestran series como The purge, The man in the high castle, Mr.Robot y The Marvelous Mrs. Maisel, centradas en críticas al American way of life, algo que cambiará, sin duda, con su crecimiento.

El tema es, hay que pagar 109 pesos por Netflix básico, 449 por Amazon Prime anual (pago que incluye gratuidad y rapidez en envío de productos). El problema es que no habrá bolsillo que alcance para abrir el espectro de entretenimiento. Blim cuesta 109 pesos al mes, HBO Go 149 mensual y YouTube Premium que apenas toma forma, cuesta 119 pesos.

Cuando antes sólo se elegía qué ver con el control remoto y pagar la luz, ahora tener opciones de contenidos obliga a desembolsar 6 mil 200 pesos al año, sólo en esto. ¿Alcanza tu economía para estar al día y ser ciudadano del mundo? Además puedes pagar 99 pesos de Spotify, 99 de Deezer y 99 de Apple Music al mes (Mil 188 al año). Me pregunto si la televisión abierta le apuesta a que el mercado digital sea incosteable. Apenas estamos empezando.

@tuamigoFranco

da/i