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Elecciones en Estados Unidos

Las elecciones a tomar lugar en Estados Unidos el próximo 6 de noviembre ponen en juego, una vez más, no sólo la arena política, social y económica interna del país, sino también su papel en el escenario internacional.

En 2016, Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos, pero también el partido republicano logró ocupar la mayoría de puestos representativos en el Congreso. Esto automáticamente posicionó al ahora presidente en un lugar de autoridad e influencia casi incuestionables, desde el cual la toma de decisiones vinculantes para el país sería más fluida y legitimada con más facilidad, al contar con su partido respaldando todas las iniciativas de ley propuestas. En relación a esto, mucho se ha cuestionado al Partido Republicano el interés de representar a la población estadounidense y sus necesidades o bien, de legitimar la figura débil y violenta del presidente de la nación.

Estas elecciones renovarán 36 gubernaturas de los 50 estados, la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Estos puestos, sujetos a la próxima elección popular, son suficientes para afirmar la autoridad del presidente Trump para el tiempo restante de su gestión, o bien significarían un contrapeso importante en el escenario político de Estados Unidos, creando un debate más amplio e inclusivo de la agenda demócrata que se ha visto demeritada desde el principio de su gobierno.

La importancia de los resultados que la opinión popular arroje estas elecciones se encuentra en la calidad y seguridad de vida de los estadounidenses, pero también en la preservación de un escenario internacional en relativa estabilidad.

Entre los temas más significativos para la población, y apremiantes de la agenda a trabajar entre demócratas y republicanos se encuentran el debate acerca del aborto legal y seguro, la política migratoria y la seguridad nacional que la misma implica (al tiempo que contempla la crisis de derechos humanos en la frontera con México), el debate del control de armas y la venta internacional de las mismas, el posicionamiento de Brett Kavanaugh como juez de la Corte Suprema de Justicia después de su acusación de acoso sexual, servicios médicos gratuitos gestionados por gobiernos pasados, la inclusión de la comunidad LGBT en las actas federales de derechos civiles, e impartición de justicia internacional por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en Arabia Saudita, por mencionar algunos.

Ambos partidos se han pronunciado en relación a estos temas, lo cual ha permitido que la opinión internacional y la sociedad estadounidense comprendan las prioridades de cada uno. Actualmente, el Partido Demócrata ha liderado el debate de las elecciones y demuestra una propuesta de acción más sólida; sin embargo, esta tendencia probó ser inútil en las elecciones presidenciales. De cara a un contexto complejo, la victoria mayoritaria de los demócratas estas elecciones podría facilitar también que la herramienta del impeachment tome lugar y se ejerza con éxito.

Sin importar los resultados del próximo 6 de noviembre, las elecciones de medio mandato en Estados Unidos están por cambiar la dinámica operativa del país.

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JJ/I