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Guadalajara y Fernando del Paso se dicen adiós

(Foto: Jorge Alberto Mendoza)

"Imagínate, que uno siempre se muere de mala suerte, que morir es una afrenta, un agravio personal y una vergüenza, cualquiera que sea la clase, la hora y el lugar de la muerte", enunció Palinuro en sus andanzas por la Ciudad de los Palacios.

Estas palabras fueron retomadas la tarde de hoy por la escritora Carmen Villoro con motivo del homenaje que la Universidad de Guadalajara rindió al escritor, pintor y académico Fernando del Paso (1935 – 2018), fallecido en esta ciudad el pasado miércoles.

Pero, quizás, la muerte del autor detrás de la voz de Palinuro más que un agravio personal se extendió como un perjuicio colectivo. Su familia perdió a un ser amado, las letras a un creador, la elegancia a un exponente, la historia a un conocedor inigualable, la Plaza Universidad a un andante cotidiano, el Imperio a sus noticias, la Biblioteca Iberoamericana a un director y esta lista a su final.

Por eso en el homenaje de cuerpo presente, ni los aplausos ni las palabras alcanzaron para expresar el sentir de los presentes: autoridades estatales y federales; personalidades del mundo de la cultura; mandos de la casa de estudios; amigos y, sobre todo, de Adriana, Alejandro y Paulina (hijos de Del Paso y de Socorro Gordillo), así como de Tonatiuh, su nieto.

"Oh, abuelito: reflejo, que estrella fuiste de la cuna, olas que son columpio de la luna, en tus aguas espejo templadero, al enterarnos de tu muerte, el cielo y yo caímos cuerpo entero. Siempre te extrañaré, abuelo. Te amaré por siempre", expresó Tonatiuh, en uno de los momentos más emotivos de la tarde, al leer una adaptación de un texto de Del Paso.

El gobernador Aristóteles Sandoval, por su parte, anunció que ayer, 15 de noviembre, fue declarado como Día de Luto en la entidad; Raúl Padilla López, presidente de la Feria Internacional del Libro (FIL) expuso que, a pesar de su ausencia física, la presentación de su último libro La muerte se va a Granada se llevará a cabo en éstas a manera de homenaje y María Cristina García, secretaria de Cultura federal confió en que sus obras trascenderán a su muerte:

"Seguirá escribiendo. Lo hará, porque en cada nuevo lector, al abrir el libro estará nuevamente una aproximación a la verdad artística que nos legó", expresó.

En el mismo bemol, Villoro resaltó que, a través de su presencia constante en los eventos culturales de Guadalajara, ciudad que lo vio desarrollar su vida cotidiana durante los últimos 26 años, Del Paso dejó un legado para la juventud tapatía:

"Fuiste testigo, el último año de tu vida, de como cientos de estudiantes del Valle de Atemajac reprodujeron con cristales coloridos tus pinturas; crearon, a partir de tu imagen y de tu obra, otras obras, porque una piedra tirada en el estanque genera siempre ondas que se reproducen y se vuelven más hondas; esculturas, escenas de teatro, canciones inspiradas y bailables. Llegaron miles a esa fiesta. Traían en su canasta de jóvenes inquietos preguntas frescas y la mirada abierta para llevarse tu figura de caballero flor en la memoria, tu figura de maestro galaxia, de mago irreverente, de alto señor de la palabra".

El cuerpo de Fernando del Paso será cremado y sus cenizas trasladadas a la Ciudad de México, su lugar de origen, donde mañana será homenajeado de nueva cuenta con el Palacio de Bellas Artes como escenario.

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