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Proyecta y el público

La transición de los gobiernos trae consigo un desplazamiento en las formas en que se concibe la cultura, de la que parten las políticas públicas con las que se ejercen recursos y se atiende a la población desde las artes. En México como en Jalisco, las administraciones entrantes han elevado sustancialmente las expectativas al hablar, por ejemplo, de refundación.

En Jalisco, la última administración 2013-2018 marcó un notable redireccionamiento del teatro. Si bien las inercias que colocan a las artes al margen, no sólo de los presupuestos sino de las prácticas que verdaderamente inciden en las comunidades, se mantienen en lo general, la producción escénica consiguió un claro impulso.

Durante esa administración la Secretaría de Cultura Jalisco gestionó varias bolsas para la producción y movilidad de los artistas locales. El Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA) es un fondo mixto federal y estatal que ha apoyado a escritores, artistas plásticos, musicales y escénicos. Jalisco a Escena es un programa que nació en 2013 y que cuenta con una bolsa de 600 mil pesos que año con año se entrega –bajo concurso– a tres proyectos para su producción. Finalmente, el programa Proyecta que apareció en 2014, brinda apoyo en tres modalidades: producción, traslados e industrias creativas.

Para marcar el rumbo de la cultura en Jalisco en los próximos seis años es fundamental considerar el camino recorrido y su impacto. De acuerdo con datos de la SC saliente, de 2014 a 2018 Proyecta apoyó 514 proyectos artísticos de diversas las disciplinas. Si bien el número es notable, hay un vacío importante. ¿Qué ha pasado del otro lado? Luego de seis años de multiplicar los números de proyectos artísticos creados, de apoyar la profesionalización y circulación de creadores y de sus obras ¿cuál ha sido su impacto en la comunidad jalisciense?, ¿cómo se combate el centralismo?, ¿cuáles son los beneficios que recibe la población y cómo se vinculan con el desarrollo social?, ¿quién estudia al destinatario del trabajo artístico? Sobre todo cuando sigue siendo tan escaso en las salas.  Más allá de la legitimación del artista ante el gremio, qué beneficios obtiene como responsable de la economía de la cultura. Y más importante aún, qué pasa con el público, por qué seguimos sin tomar en serio la tarea de convocarlo, cuando es la razón de toda la estructura cultural.

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JJ/I