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Alfaro: pelear con la cocinera

Ignoro el trato que el presupuesto 2019 de la Federación le dé a otros estados, como Nuevo León, por ejemplo, pero el que le da a Jalisco sin duda no es lo que quisiéramos, pues requerimos de esos recursos para nuestro desarrollo y atender muchos de los pendientes que existen; tampoco conozco cuánto recibirán aquellos estados que están peor que nosotros. Pero seré más preciso: ¿qué trato le da en materia de presupuesto el gobierno lopezobradorista a aquellas entidades gobernadas por la oposición frente a los que por vez primera gobierna o gobernará su partido?

Subrayo aún más: ¿tendrán un trato privilegiado, presupuestariamente, aquellos estados cuyos gobernadores –sean del partido que sean– se han alineado al lopezobradorismo contra los que se han manifestado abierta y públicamente en su contra, aun cuando sus reclamos sean justificados en defensa del federalismo y del pacto federal en materia fiscal, por mencionar dos asuntos bastante delicados?

Seré concreto: ¿el trato que el gobierno federal da a Jalisco en materia del presupuesto tiene que ver con el enfrentamiento, desde 2012, entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Enrique Alfaro Ramírez o será mera casualidad por aquello de que el gobierno federal requiere de más recursos para cumplir con las promesas de campaña?

En varias ocasiones en este espacio advertí el costo que podría tener para Jalisco, en caso de que AMLO y Alfaro ganaran sus respectivas elecciones, el pleito entre estos dos personajes políticos tan parecidos en su forma de ser y actuar; recordé que nunca en la historia reciente se había presentado un enfrentamiento tan serio, fuerte y frontal como el que desde la pasada elección presidencial de 2012 mantienen quienes hoy gobiernan el país y Jalisco, y presumí las consecuencias que ello pudiera acarrear; pronostiqué la posibilidad de que de ganar ambos candidatos nuestro estado sintiera todo el peso del gobierno federal en contra, por supuesto. Y, al parecer, hoy lo estamos confirmando.

Dice un dicho que nunca hay que pelearse con la cocinera, y esto es lo que desde antes de asumir la gubernatura hizo Enrique Alfaro con el evento en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, arropado por representantes de diversos sectores del estado y hasta por algunos de sus adversarios políticos que no sé qué tan arrepentidos estén ahora de haber hecho acto de presencia.

Su aparición en los medios de comunicación de cobertura nacional después de este evento con el mismo tono de aquel discurso y la mesa celebrada en el marco de la Feria Internacional del Libro –caja de resonancia a nivel internacional– sobre el federalismo, donde los participantes, entre ellos el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, alzaron la voz otra vez contra el gobierno lopezobradorista, sin duda fue registrado por López Obrador.

Hoy el gobierno de Jalisco se queja de que en el presupuesto federal de 2019 se ignoraron cuatro importantes proyectos como el saneamiento del río Santiago, la línea 4 del Tren Ligero, la Presa El Purgatorio y el libramiento sur de Puerto Vallarta. ¿Por qué la Federación ignoró estas obras: desinterés, falta de recursos o consecuencia del aquel añejo enfrentamiento del actuar y postura que ha asumido el ahora gobernador de Jalisco?

¿De veras creemos que nada tiene que ver la reacción del presidente López Obrador ante declaraciones de Alfaro como aquello de que los gobernadores que hoy guardan silencio pagarán el costo en el futuro y se arrepentirán? ¿O ahora como eso de que convocará a los 125 alcaldes a protestar ante la Cámara de Diputados?

Reitero: ¿es conveniente para Jalisco que el gobernador Alfaro mantenga un discurso bélico frente al gobierno federal? ¿No será tiempo de moderarlo, pues 2024 aún está lejos? Al tiempo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I