Quinto Patio

La exhortación que le hizo ayer al gobernador Enrique Alfaro la organización Artículo 19 México y Centroamérica es que al tratarse de un funcionario público “está obligado a respetar ideas ajenas, tolerar el escrutinio público y no esperar solamente discursos favorables a su persona”. Duro y a la lengua. Artículo 19 llamó al gobernador y a todas las autoridades del estado a cumplir con los estándares nacionales e internacionales en materia de libertad de expresión, debiendo fomentar una pluralidad informativa e incluyente, “a través de la adopción de un discurso favorable para el ejercicio periodístico, ante lo cual deben abstenerse de emitir expresiones estigmatizantes, así como descalificaciones que ponen en mayor riesgo a las y los periodistas e inhiben el debate social sobre el ejercicio del poder público”. Nomááááááás.

Recordemos que a esta vecindad el gobernador lo mismo la ha llamado “basura” que propagadora de “mentiras flagrantes” y otras lindezas (¡ajá!); la más reciente descalificación vino luego de las piezas periodísticas que desmienten declaraciones oficiales en torno a la extinción del Instituto Jalisciense de las Mujeres. En ese contexto, Artículo 19 consideró importante recordar que tales expresiones estigmatizantes y descalificaciones en contra de medios o periodistas generan un clima que impide una deliberación plural y robusta sobre los asuntos públicos y además, en un contexto de violencia como el que atraviesa México, “esas conductas incrementan la vulnerabilidad de las y los periodistas, tal como lo ha señalado la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.

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Colofón: Artículo 19 señaló que “quienes detentan el poder público, como el gobernador de Jalisco, deben tener mayor tolerancia a expresiones que incluso resulten chocantes, precisamente por quedar sujetos al escrutinio social, y no esperar solamente discursos favorables, ya que la apuesta democrática es por una pluralidad informativa y no por expresiones unánimes que sean bien recibidas por los gobiernos”. ¿Más claro?

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Horas antes del llamado de Artículo 19, Alfaro seguía en plan de que no le pregunten de temas que le resultan incómodos. Cuestionado sobre los reclamos de integrantes de la Junta de Gobierno del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS), que en un desplegado acusaron falta de información ante la extinción del organismo, dijo: “No se vale que sigan engañando a la gente y no se vale que los medios de comunicación se presten a eso”. Su versión es la única válida, según el mandatario, quien aseguró que sí hubo acercamiento previo con los quejosos.

Y cuando se le preguntó por qué a su equipo se le olvidó citar la tesis doctoral de Gerardo Ballesteros de León, Alfaro estuvo a punto de dar por concluida la entrevista con varios medios. Remitió a la carta enviada en un comunicado y publicada en redes, donde el autor informa de su participación para la iniciativa en la que proponen lineamientos para instalar un congreso constituyente y crear una nueva Constitución. Nomás que en ninguno de estos puntos se explicó por qué omitieron las comillas o dar crédito al colaborador.

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Siempre supimos que eras el bueno, con el perfil más adecuado, por eso te felicitamos y estamos seguros, Ricardo Villanueva, de que harás el mejor de los papeles como rector general de la UdeG (esta leona negra vecindad sumándose a la cargada que, cual estampida, envolvió en redes sociales y envolverá a Villanueva). Ya en serio, añadamos que fue un proceso electoral atípico.

Se anotaron seis prospectos, cinco de ellos rectores de campus universitarios; horas antes de la votación, se bajaron dos de los candidatos, lo cual da lugar a muuuuuchas interpretaciones; de los que sí continuaron, dos salieron raspadones por los pocos sufragios que recibieron; la era de los ex presidentes de la FEU que llegan a rectores generales cierra la de los ex presidentes de la FEG que brincaron a ese cargo (y si no, que lo platique Tonatiuh); de Villanueva destaca más el perfil político en tiempos que la UdeG y el líder del grupo, Raúl Padilla, no tienen tersas relaciones con AMLO, y sí con el gobernador, quien suele embestir al presidente. (Ái analicen, vecinos).

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JJ/I