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Las marionetas salieron a bailar por las calles


El baile, las burbujas y la alegría fueron los protagonistas de una caminata inusual de los Titiriteros Unidos de Jalisco para finalizar con los festejos del Día Internacional del Títere, en un desfile único en el que marcharon, bailaron y saludaron a los tapatíos con puras marionetas.

Los animadores de alrededor de siete compañías de la ciudad marcharon debajo del Sol por poco más de una hora, dándole vida a sus muñecos, los que se mueven con cuerdas, los que necesitan de dos animadores para mover varias partes de su cuerpo simultáneamente, los que son de guante y las que requieren del cuerpo entero de un actor para cobrar vida. Salieron desde el Parque Rojo y entre ciclistas, corredores, familias y turistas que iban caminando y que paraban su paso para contemplar a las marionetas, caminaron por avenida Vallarta hasta Chapultepec.

Los niños, como en todas las actividades de este encuentro entre compañías de la ciudad, fueron los más agasajados. Para ellos fue esta otra función de baile, música y fiesta por los títeres.

Algunos chiquitos que fueron parte de los talleres que estuvieron impartiendo los actores y directores también marcharon con las marionetas que ellos mismos crearon. Una niña de unos 5 años además llevó una muñeca de peluche de Disney y también la balanceaba de un lado a otro dándole vida junto con sus nuevos amigos.

Diana y su mamá salieron temprano a pasear por la Vía RecreActiva cuando se encontraron con la algarabía de los títeres, la música de la batucada y los silbatos, los chorros de agua que salían de unas vaquitas marinas flotantes y hasta un dinosaurio del tamaño de una persona que rugía como si hubiera regresado de la prehistoria a formar parte de esto. Las dos tomadas de la mano siguieron el recorrido de los títeres desde la acera. “Parecen de verdad”, dijo Diana, que cada vez que se le acercaban las vaquitas marinas intentaba tocarlas.

Cuatro animadores del festival, vestidos como la muerte, además traían dos grandes redes con las que intentaban atrapar a las vaquitas y a veces también a los transeúntes; un padre de familia que salió con sus dos hijos también decidió seguir parte del recorrido, y los pequeños también fueron pescados así varias veces.

Melany dijo que su marioneta favorita fue una especie de dragón o serpiente que parecía hecha de un fino papel y sostenida por dos hilos que apenas se percibían. “Es que está como volando”, mencionó apuntándola mientras ella y su hermanito se resguardaban del fuerte sol de mediodía debajo de un árbol en la avenida Vallarta.

Así avanzaron hasta la avenida Niños Héroes, entre ciclistas y niños que seguían bailando, uniéndose desde varias partes del camino en un contingente de unas cincuenta personas en constante movimiento.

JJ/I