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Covid -19 y niños

Sospechamos que los niños desarrollan alteraciones en el lenguaje cuando presentan dificultades inusuales para comprender y usar el vocabulario o gramática de forma apropiada para su edad. Antes de la pandemia de Covid-19 se estimaba que en México hasta un 7 por ciento de los niños menores de 7 años tenía este tipo de problemas; sin embargo, a partir de la contingencia esto cambio y ha habido un incremento de casos de problemas de lenguaje sin que se comprenda del todo los efectos que ha tenido en el desarrollo de esta habilidad en los niños.

Ya sea por la exposición directa al virus, el aislamiento, el uso de cubrebocas que evitaba que observáramos nuestro rostro completo o la poca estimulación, al momento no existen investigaciones concluyentes sobre ello; sin embargo, a nivel nacional los profesionales de la salud han encontrado que los niños nacidos durante la pandemia comienzan a hablar más tarde y al parecer usan menos palabras en comparación con niños nacidos antes de este evento.

De forma normal, se esperaría que un niño a los 6 meses pudiera hacer sonidos de balbuceo, usar la voz para expresar lo que le gusta o no le gusta, dirigir la mirada hacia los sonidos y responder a los cambios en el tono de voz de sus padres. A los 12 meses, los niños ya deberían intentar imitar sonidos del habla, comenzar a decir “papá" o "mamá" y comprender instrucciones sencillas, como "ven aquí”, mientras que a los 2 años ya deberían poder usar frases simples, comenzar a hacer preguntas sencillas y pronunciar unas 50 palabras o más; sin embargo, los niños nacidos durante la pandemia o poco después no logran realizar estas actividades de forma efectiva y muestran tendencia a sólo emitir sonidos y hacer señas que sólo los padres logran interpretar, sin que otros adultos logren comprender su comunicación.

Dichos problemas también se han visto en niños que han ingresado al preescolar, quienes muestran dificultades para seguir instrucciones. Para el caso de niños en etapa escolar, se han identificado retrasos en habilidades de lectura, escritura y calculo.

Estas características se han convertido en un reto, pues los profesionales deben generar habilidades para lograr inferir si los pacientes realmente tienen algún trastorno del lenguaje o sólo estamos frente a falta de estimulación. Por ello sugerimos a nuestros lectores que, si perciben este tipo de problemas en sus niños, no duden en acudir a un neuropsicólogo capacitado en evaluación del lenguaje.

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jl/I