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Alfaro busca candidato a Los Pinos

En las últimas entrevistas que Enrique Alfaro Ramírez ha concedido a varios medios de comunicación de circulación nacional –prensa o televisión- ha planteado reiteradamente dos puntos: 1. Un diálogo nacional de la oposición o pacto nacional opositor, como se lo acaba de declarar a Imagen Televisión. 2. En Jalisco hay un millón y medio de votos disponibles al mejor postor.

Ambos planteamientos, por supuesto, tienen relación entre sí y van encaminados a beneficiar las aspiraciones del presidente municipal de Guadalajara por la gubernatura en 2018, aún y cuando en teoría mantiene una amplia ventaja sobre cualquier otro prospecto de los demás partidos políticos, aunque hasta el momento los nombres de éstos son meras suposiciones o especulaciones de los encuestadores.

Lo que en el fondo interpreto de esta propuesta y oferta simultánea que hace Alfaro Ramírez es que anda en busca de un candidato a la presidencia de la República que lo acompañe en su campaña por la gubernatura, y como “anzuelo” para que algún candidato de la oposición lo acepte es poner en la mesa, teóricamente, un millón de votos a su favor que, según él, “es la diferencia entre ganar o perder” el gobierno federal.

En entregas anteriores he apuntado que Enrique Alfaro sabe que ganar la gubernatura sin alianza con un candidato a la presidencia de la República es muy complicado. Y es que si en 2012 no logró hacerlo de la mano con Andrés Manuel López Obrador, ir en solitario podría ser, parafraseándolo a él mismo, la diferencia entre ganar y perder.

Y no hay que perder de vista que no es lo mismo una elección intermedia, donde solo están en juego cargos de elección popular locales, alcaldías y diputaciones, que una federal donde aparte de jugarse la presidencia de la República también se ofertan dos escaños en el Senado y 20 diputaciones federales, además de las locales y presidencias municipales.

Además, el escenario que hoy se presenta favorable a Alfaro frente a supuestos “candidatos” de otros partidos, cambiará cuando ya se conozcan nombres y apellidos de quienes buscarán Los Pinos, el Senado, la Cámara de Diputados, las alcaldías y el Congreso estatal. Sumémosle que el desgaste con que llegará al 2018 será mayor al que registró en 2012.

Y aquí es donde entra la estrategia de Alfaro: no sólo no descalificar a ningún posible candidato a la presidencia, ya sea postulado por un partido de oposición o como independiente, sino plantearles la necesidad de un pacto entre todos y en el que él sea incluido no como un adversario de ellos sino como un aliado en una entidad que aporta una gran cantidad de sufragios que son claves para llegar a Los Pinos y que, además, está colocada entre las cinco con mayor número de votantes.

Y es a Miguel Mancera, con quien ha concretado una relación muy estrecha como con ningún otro, a quien le otorga la calidad de convocante al diálogo opositor.

Alfaro sabe que para lograr su objetivo con éxito no debe pelearse ni descalificar al PAN ni al PRD, como tampoco a ninguno de los que se perfilan para ser candidatos independientes como Jaime Rodríguez “El Bronco”, Jorge G. Castañeda, Pedro Ferriz de Con o quien sea. Incluso, pasa por alto las descalificaciones y las opiniones no muy amistosas que ha hecho de él Andrés Manuel López Obrador, y lo incluye entre los actores que deben ser integrados al pacto nacional opositor.

Hacia lograr ese objetivo está dirigido el “guiño” que Enrique Alfaro hace a los opositores del PRI-Verde Ecologista, para lograr con uno de ellos –el que sea- esa alianza que tanto necesita para concretar su aspiración de llegar a Casa Jalisco y no convertirse en el López Obrador jalisciense como el eterno aspirante a la gubernatura y el del “ya merito”. Alfaro sabe que su oportunidad es ahora en el 2018.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.