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Que no se enoja… siempre y cuando no le pregunten temas incómodos. Sí, estamos hablando del presidente municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, quien cada vez que se le cuestiona sobre asuntos puntiagudos, como la oscura concesión del alumbrado público en la ciudad, opta por dar por terminadas las entrevistas. Agarra sus canicas y ya no juega.

“No me enojo. Nada me enoja ya. Jamás. Lo tomo con simpatía”, dijo ayer cuando se le anticipó que se retomarían los cuestionamientos sobre las luminarias, porque nomás no se esclarecen varios puntos del contrato millonario a favor Construlita y Lux Systems (ConLuzGdl). ¡Y tómala!, ¡que la vuelve a aplicar y se fue! “Pásale, porque así no”, dijo el alcalde cediéndole el micrófono al coordinador de Servicios Públicos Municipales, Diego Monraz Villaseñor, quien también negó los señalamientos no sin antes acusar a los reporteros de hacerle la chamba a las empresas perdedoras del concurso.

Pero por más que den las cifras alegres que presume el ayuntamiento de presuntos ahorros, nomás no cuadran al momento de hacer comparaciones entre presupuesto, deuda, dichos y hechos. Ái les encargamos: un té de tila para Alfaro y cuentas claras para esta preguntona vecindad. ¿O de plano les sugerimos que pongan un letrero en el ingreso por avenida Hidalgo: “prohibido preguntar” u otro, como en la cantina del barrio, que advierta: “prohibida la entrada a vendedores ambulantes, menores de edad y periodistas”?

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¿Se prefiguraba un Atenco a la jalisciense?, preguntan vecinos del Quinto Patio. En la historia de los ejidatarios de El Zapote hay un aeropuerto y resistencia; así como autoridades federales y estatales involucradas. Y también acusaciones de detenciones arbitrarias, y hasta 12 detenidos que ya liberaron. El uso del garrote hubiera llevado a un caso similar al de los ejidatarios de San Salvador Atenco, que intentaron evitar que se construyera un aeropuerto en sus terrenos.

Los ejidatarios consideran que el gobierno del estado pasó de mediador a ofendido. Necesitamos rebobinar la historia de El Zapote versus Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para ver cuándo se convirtió en ejidatarios versus gobierno del estado. A ver si las autoridades involucradas también rebobinan la historia hasta 2006 para evitar que la historia del ejido jalisciense vaya a asemejarse a la del ejido mexiquense.

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Pues que él sí quería regresar el camión. Sí, nos referimos a que el alcalde de Cuquío, Adrián Cornelio González, deseaba retachar el autobús que le dio el gobierno del estado para trasladar a los estudiantes a su centro educativo, de forma gratuita, pero como le llamaron la atención por andar cobrando, dijo que mejor no lo quería... pues porque así no era negocio para el Municipio.

Este mismo señor, que es del Partido del Trabajo, fue denunciado penalmente por el presunto desvío de recursos públicos cuando fue alcalde en otro periodo, además de que lo detuvieron. Lo bueno es que lo convencieron de quedarse con el camión, pero no ha de estar muy contento que digamos.

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Sigue enredándose el reordenamiento del transporte público. Les contamos: los subrogatarios pidieron al gobernador que le ponga un alto al secretario de Movilidad, Servando Sepúlveda. Se quejan de que en el procedimiento para crear la ruta-empresa hay demasiadas irregularidades para favorecer a varias empresas con todo lo que implique dinero: la compra de camiones, prepago, seguros, y hasta a qué sindicatos deben afiliarse.

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A los que se vio anoche muy platicadores fue al secretario del Trabajo, Héctor Pizano, y al ex diputado Leobardo Alcalá. Coincidieron en un restaurante y al despedirse tuvieron una charla en la que no es difícil adivinar el tema que trataron: la presidencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Jalisco.
Ambos se vieron sonrientes, así que podríamos pensar que fue una conversación cordial.

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DN/I