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Bullying

Hace pocos años, en una reunión de reencuentro con amigas de la primaria y secundaria contábamos varias anécdotas de nuestro pasado escolar. Nos reíamos a carcajadas de distintas situaciones que nos parecían graciosas y que recordábamos con cariño. Después de hacer un largo recorrido por aquellas historias, una de mis amigas nos interrumpió y expresó que en lo que concernía a ella, varias de estas situaciones que nos parecían graciosas verdaderamente la habían afectado. Intentando suavizar el ambiente, la bromeaba diciendo la importancia que habían tenido para que fuera la mujer fuerte y exitosa que ahora es. Ella, con aquella claridad y contundencia, me paró en seco y dijo: “no, no era gracioso, muchas tardes lloré aquello que ustedes consideraban una broma y que me afectaba profundamente, no sabía cómo parar una situación donde yo quería pertenecer e imaginaba que si dejaba de ser blanco de sus burlas, sería excluida”.

Me estoy refiriendo a aquello que llamábamos carrilla, que por mucho era más suave y simple de lo que ahora enfrentan las chicas y chicos de escuelas, donde el bullying, o acoso, ya se ha vuelto una cifra preocupante en tantos índices de suicidio o padecimientos psiquiátricos.

Ahora, entre celulares que registran fotos y conversaciones, con jóvenes que no alcanzan a dimensionar la capacidad de las redes y sus efectos, se comparten mensajes e imágenes buscando la aceptación y el amor de los otros con efectos catastróficos.

En los tiempos que corren no es la fragilidad de la estructura psíquica de una persona el motivo que la lleva a cometer un suicidio, sino la corresponsabilidad de una cadena de acciones y omisiones de un sistema de educación precario, donde la ética y la solidaridad con los otros está ausente. En una realidad que se alimenta de likes, la serie Black mirror, que parecía una ilusión de ciencia ficción del futuro, nos rebasó y corto se quedó por mucho la novela de Aldous Huxley Un mundo feliz. La triste noticia es que parece que no tenemos límite.

Recomiendo ampliamente la serie 13 reasons why que está disponible en Netflix: “En una sociedad de acosadores, todos somos culpables, todos miramos…”

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GT/I