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Video: Gatos, de la vida silvestre a reyes de Internet

Pese a que la unión entre ser humano y gato es muy antigua, este último fue domesticado relativamente tarde en comparación a los perros. Un nuevo estudio ha analizado el ADN de cerca de 200 gatos con hasta 9 mil años de antigüedad y revela que la población de felinos comenzó a extenderse durante el Neolítico.

La preservación del grupo de genes de los gatos domésticos que viven en nuestros hogares en la actualidad tan sólo fue posible gracias a la gran contribución de los pueblos de Oriente Próximo y Egipto, según señala el trabajo liderado por la Universidad de Lovaina (Bélgica).

El equipo científico recopiló datos a partir de restos arqueológicos hallados en Europa, África y Asia, desde la Rumania mesolítica hasta la Angola del siglo 20. Los resultados apuntan hacia la existencia de dos linajes de felinos que, mayoritariamente, han dado lugar al gato doméstico moderno, que desciende del gato salvaje africano (Felis silvestris lybica), una subespecie salvaje que se encuentra en el norte de África y el Oriente Próximo.

El primero apareció en el suroeste de Asia y se extendió hasta Europa hace unos 6 mil 400 años. Según el análisis llevado a cabo por los científicos, los gatos fueron domesticados por los primeros agricultores de Oriente Próximo hace unos 9 mil años.

Lo atrajo el ratón que frecuentaba los almacenes de grano de los primeros agricultores, los del Oriente Próximo, 7 mil 500 años antes de Cristo. Y así, persiguiendo a la que ya por aquel entonces era su más codiciada presa, el ratón se introdujo en los graneros y el gato en nuestras casas. El beneficio de tenerles cerca para controlar las plagas contribuyó a una asociación que ha perdurado hasta nuestros días.

Esta es la conclusión a la que ha llegado un grupo de científicos de hasta 25 instituciones que, en un trabajo conjunto que se ha publicado en la revista Nature, revelan cómo se produjo la domesticación de los felinos.

La segunda estirpe corresponde con la de la mayoría de las momias egipcias analizadas. En este caso, el felino se difundió por el Mediterráneo y otras partes del mundo durante el primer milenio antes de Cristo gracias a la introducción de los gatos en los barcos comerciales como cazadores de ratones.

No obstante, aún existe alguna incógnita en torno al origen de los gatos egipcios, según apuntan los investigadores. “Todavía no está claro si descienden de gatos importados desde Oriente Próximo o si tuvo lugar un segundo proceso de domesticación en Egipto”, señaló Claudio Ottoni, uno de los autores de esta investigación y miembro del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS, por sus siglas en francés).

Por último, los científicos observaron los distintos patrones en la piel de los gatos a lo largo de la historia y descubrieron que la mutación genética recesiva asociada con las clásicas marcas del gato atigrado, o gato tabby, no aparecieron hasta la Edad Media. Hasta entonces, la mayoría de los gatos antiguos tenías rayas.

Este proceso se dio en un primer momento en el suroeste de Asia y, posteriormente, se extendió por toda Europa y África, concluyendo que la domesticación más temprana del gato estuvo enfocada con toda probabilidad a los rasgos del comportamiento, en lugar de factores más estéticos.

Felinos que son influencers

Uno de los efectos más llamativos de la evolución de los smartphones y sus cámaras han sido que los gatos, después de conquistar las ciudades, se han propagado por el paisaje digital, salpicándolo de videos y fotos. Su extraordinaria capacidad reproductiva offline se ha confirmado también en el entorno online y los espacios de Internet se han llenado de pelos, maullidos y ronroneos, como culminación de un proceso evolutivo que les ha llevado desde el Neolítico a Facebook e Instagram.

En Twitter, por poner un ejemplo, la cuenta Esos gatos locos registra más de 30 mil seguidores. Otro caso es el de la gatita Nala que es seguida en Instagram por más de 3.4 millones de usuarios del ciberespacio, haciendo de ella una influencer de las redes con su propia tienda de productos para felinos.

Rastros

Restos de gatos de 6 mil años de antigüedad en Egipto.

"Hemos suministrado el material de los yacimientos españoles, zona en la que hasta la fecha no constaba gato alguno analizado paleogenéticamente, y hemos participado en la contextualización e interpretación de los datos”
Arturo Morales Muñiz, científico de la Universidad Autónoma de Madrid

JJ/I