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Un show potente

(Foto: NTR)

Sin decir “agua va”, café Tacvba subió a escena, después de las 21:20 horas para ofrecer su show en el Auditorio Telmex, y decidieron iniciar con los temas Futuro, Disolviéndonos y Matando.

Los ocho mil asistentes estuvieron contentos desde la primera estrofa, pero el ambiente era más “fresa” de lo habitual.

Los fieles seguidores de más de 40 años prefirieron las chelas que el slam, y en el público también había muchos jóvenes y decenas de niños, quienes gustan de Café Tacvba.

Así que, en la primera parte del show, la gente permanecía sentada en su lugar. Sí, cantaban, aplaudía, pero sin brincotear. La banda aprovechó la visita para estrenar temas del nuevo disco Jei Beibi.

El primer éxito que hizo retumbar el lugar fue Eres y Meme fue vitoreado por los seguidores.

Al principio hubo pocos diálogos, pero bastaba con que Rubén Albarrán dijera palabras como “saquen” para que la gente le aplaudirá.

La complicidad entre el cantante y el público era innegable, y más cuando daba sus sabios consejos.

“Yo digo que es bueno cambiar de droga. Dejen el alcohol, una droga del sistema, es mejor las plantitas en casa”, a los que el público respondía con carcajadas.

El baile llegó con Cómo te extraño y Chilanga Banda, canciones que tenían tiempo sin tocar y que la gente celebró al máximo.

“Esto fue como cuando te sientas al lado de una chica que te gusta mucho, y cuando por fin te decides a besarla, ya se fue. Así pasó aquí, cuando ya quieren pararse y echar desmadre, este concierto ya se acabó”.

Con Las flores y Chica banda intentaron despedirse, ya con el baile a todo lo que daba, pero la gente no quería.

Así que Rubén les pidió que unieran sus corazones y pidieran al “Dios Prehispánico” que les permitiera otra.

Ese “rezo” se convirtió en un “Culeeero” unánime, y sí, lograron que les permitiera un encore.

Pasaron unos minutos y Café Tacvba volvió al escenario, donde ya estaba colgada una ballena gigante que simulaba el esqueleto del animal.

Meme, solo en el piano, interpretó El mundo en que nací, una melodía donde habla del amor que se puede sentir por un hijo, el agradecimiento a los padres y la consciencia de estar en esta tierra.

Albarrán se dio un tiempo para hablar de los 43 estudiantes desaparecidos, la violencia contra la mujer, la comunidad LGTB y hasta del maltrato animal.

“Hay que tener más sensibilidad ante las diferentes luchas, por un mundo sin violencia”.

Lo habían dicho meses atrás y lo cumplieron: Ingrata no estuvo en su repertorio, pese al cariño que el público le tiene.

Ese tema, que cae en un discurso misógino y violento hacia la mujer, ya no queda con el discurso y mirada que Café Tacvba tiene a la vida.

Han pasado los años y ellos han madurado, y su público también, que no pidió ni una sola vez Ingrata.

Tras 22 canciones llegó el adiós y hasta cerraron con una petición de boda.

EH