Mejor que la original

En 2013 Guillermo del Toro nos presentó al argentino Andrés Muschietti con su corto, y después largometraje, Mama. Andy, para los cuates, rápidamente fue reconocido gracias a su aptitud visual para el terror con su ópera prima.

Cuatro años después vuelve, ahora con Hollywood, para adaptar Eso, uno de los libros más conocidos de Stephen King, escrito en 1986 en dos volúmenes y que solamente se había adaptado en una miniserie de 1990 ganadora de un premio Emmy.

Muschietti decidió dividir la historia en dos películas y la primera parte se centra en la edad infantil de los protagonistas y la presentación del famoso payaso. A diferencia del libro, la primera parte se traslada a 1989 y no en los años 50, por lo que tiene referentes claros en grandes películas como Los goonies y Cuenta conmigo. Si observa bien podrá ver un póster de Arma mortal 2 o el anuncio de Pesadilla en la calle del infierno.

Muschietti logró reunir a un extraordinario grupo de jóvenes actores: Sophia Lillis, Jaeden Lieberher, Finn Wolfhard, Jeremy Ray Taylor, Chosen Jacobs, Jack Dylan Grazer y Wyatt Oleff. Gracias a su química y verosimilitud en la pantalla, los siete perdedores prometen una carrera sólida, sobre todo Lillis, quien carga el personaje más complejo de la cinta.

Pero no olvidemos al antagonista, Pennywise alcanza una nueva dimensión bajo la piel de Bill Skarsgård, quien goza de una extraordinaria gestualidad y que supera al personaje original. Ahora el payaso es mucho más espeluznante y brinda momentos de violencia física mucho más sangrientos.

Eso es la mejor película de terror que ha llegado a la cartelera en mucho, pero mucho tiempo. Pero no crea que sólo se trata de un payaso que se transforma y saca sustos por doquier, ¡no! Así como la cinta hace temblar, también provoca carcajadas, además de presentar personajes que invitan a la reflexión: ¿Quién o qué es realmente el monstruo? ¿Una madre excesivamente protectora? ¿Los padres que ignoran a sus hijos? ¿El violador? ¿El asesino? Esos miedos generados por conflictos familiares o estigmas que viven a nuestro alrededor.

Olvídese de los sustos baratos y fórmulas reciclables de los últimos años, en este filme hasta la casa del payaso es una gran protagonista, tan sólo ver su fachada se eriza la piel. Gran trabajo de Chung-hoon Chung en la fotografía y atmósfera barroca, además de Benjamin Wallfisch con su escalofriante partitura.

@pablogarabito

JJ/I