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Se unen agua y aceite

Un solo hombre está haciendo posible que se unan el agua y el aceite en Jalisco.

El panista Alfonso Petersen Farah aceptó quizás el reto más importante en su carrera política: ser el relevo de un priísta, Antonio Cruces Mada, en la Secretaría de Salud.

La invitación se la hizo directamente el gobernador Aristóteles Sandoval para entrar al quite en una secretaría que dos veces ha cambiado de titular, y el último ocupante es un gran amigo.

Cruces Mada había tomado la titularidad el 19 de abril de 2016 para suplir a Jaime Agustín González Álvarez, ex titular de los Hospitales Civiles, y sólo duró un año ocho meses.

El sueño de todo médico de ser el mandamás de todo el estado en su gremio se le cumplió, y a nueve meses de la elección se derrumbó, incluso un mes antes de que inicien formalmente las precampañas.

Este cambio de capitán en un barco, que ha encallado varias veces, se da en un contexto electoral, en el cual no se puede prescindir de especulaciones políticas.

La llegada de Petersen Farah como el salvador de una secretaría que agoniza, y de la cual no quieren revelar su verdadero estado, no puede quedar exenta de una futura alianza electoral entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN).

Ambos partidos han sido enemigos políticos histórica e ideológicamente a nivel nacional, y también a nivel estatal desde 1995 cuando el PAN con Alberto Cárdenas Jiménez arrebató la supremacía tricolor en la gubernatura.

Esta posible alianza tiene un factor que puede detonarse en los próximos días: hacerle al alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, difícil el camino rumbo a las elecciones de 2018, al ser el patriarca de Movimiento Ciudadano (MC), un partido que tiene altas posibilidades de triunfar por primera vez en la gubernatura.

Ambos partidos han tenido y disfrutado las mieles de tener abanderados como gobernadores, y se han disputado el cargo en varias ocasiones; pero ahora llega un tercero, Alfaro Ramírez, a romper este bipartidismo.

En el camino de MC para llegar al poder fracturó fuertemente la relación con el PAN, al grado de poner en riesgo el Frente Amplio Opositor.

El campo de batalla fue el Congreso del Estado donde MC, PRI, el Partido de la Revolución Democrática, Nueva Alianza y el Partido Verde Ecologista unieron fuerzas para destituir como presidente de la mesa directiva al panista Miguel Ángel Monraz y de paso quitar a algunos directores que tenían en administración, con José Antonio de la Torre Bravo, y servicios generales, con José de Jesús Sáenz Gutiérrez.

El PAN se quedó solo en el Poder Legislativo, y la razón que dieron por estas acciones fue que Monraz no quiso convocar a sesión plenaria, donde se discutían nombramientos de magistrados del Supremo Tribunal de Justicia y había la posibilidad de amparos para no ser nombrados.

Los panistas no han perdonado estas acciones a los emecistas. La operación cicatriz no se ha dado, al grado que la dirigencia estatal está desoyendo a la nacional para ser parte de un frente en el que no creen y que no quieren formar parte por el trato recibido.

Al parecer es más fácil coquetearle al PRI, que tiene el poder y posiciones que ofrecer, y el cual está abierto a formar parte de una alianza para evitar que MC les quite lo que consideran es suyo.

Los rencores y las discrepancias se traducen ahora en alianzas, donde el agua y el aceite pueden mezclarse por unos momentos y por conveniencias políticas, jamás pensando en el ciudadano; al contrario, sólo en su poder.

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FV/I