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Un verde sustento

Control. La poda controlada y su reposición a la naturaleza es fundamental para mantener la recarga de los mantos friáticos que alimentan de agua a la capital del país. (Foto: Notimex)

Ciudad de México. Las fiestas decembrinas ya están a la vuelta de la esquina y para decorar los hogares muchas familias buscan las flores de nochebuena, pero sobre todo el árbol de Navidad.

No imaginan que para tenerlo en casa tuvieron que pasar al menos cinco años para alcanzar su madurez y ser lo suficientemente frondoso para alimentar el espíritu navideño.

Detrás de ese arbolito de Navidad hay alrededor de 30 mil personas que viven del cultivo de estas plantas perennes y quienes cada año padecen el proceso de comercialización porque muy pocos campesinos reciben apoyos para bajar sus productos de las zonas altas donde siembran, como es el caso del Ajusco, en la delegación Tlalpan.

Estas personas tampoco cuentan con espacios públicos para vender sus árboles, los cuales, una vez que son podados, no son comprados y se convierten en pérdidas.

El diputado local Luis Alberto Chávez García comentó que esta situación es complicada porque afecta a una franja verde de la ciudad, donde más de 30 mil personas se dedican a la siembra y al corte de árboles de Navidad y a la producción de la flor de nochebuena.

Por ello, expuso, el gobierno tiene que darles las facilidades y el apoyo para que puedan vender su producción, toda vez que ni las trasnacionales ni los supermercados se interesan por comprar lo que se produce en la Ciudad de México.

Segundo lugar

Pese a ser una urbe llena de edificios y pavimento, la Ciudad de México ocupa el segundo lugar, después del Estado de México, en la producción de árboles navideños, con alrededor de 150 mil ejemplares distribuidos en 131 hectáreas.

Sin embargo, los productores de estos arbustos enfrentan la competencia canadiense, cuyos ejemplares llegan fundamentalmente a las tiendas de autoservicio, que prefieren importarlos antes que comprar la producción que se genera en la llamada franja verde de la Ciudad de México.

Los árboles importados pueden tener plagas y tienen una duración de hasta tres semanas, mientras que los árboles producidos aquí, bien cuidados, pueden durar hasta mes y medio, con la ventaja de que al estar recién cortados tienen mejor aroma, aunado a que pueden ser adquiridos a un precio más bajo.

Con alrededor de 80 por ciento de su territorio conformado por áreas rurales, Tlalpan ofrece 95 por ciento de los árboles navideños que se producen en la Ciudad de México, seguido de Milpa Alta, Tláhuac, Álvaro Obregón y Magdalena Contreras.

Acudir a las zonas donde se producen los árboles de navidad representa una aventura para la familia, porque ahí mismo eligen su árbol, conviven con la naturaleza, aprenden del origen de los árboles y adquieren cultura ecológica, lo que no pueden hacer cuando los adquieren en los supermercados.

Sin daño

A diferencia de lo que muchas personas creen, al comprar un árbol de navidad no se le hace daño a la naturaleza, pues la producción controlada y legalizada ayuda a mantener los pulmones de la Ciudad de México.

Eduardo Ávila, detalló que por cada árbol que se corta se siembran dos a un lado.

"Es un poco difícil, lleva bastante cuidado, ya sea que uno se dé y el otro no, se siembran dos en mayo o julio, entonces se cortarán 200, se siembran 400", explicó el productor.

El cultivo de árboles de Navidad es parte de un programa sustentable que además de apoyar a la economía de los pobladores de las zonas rurales que todavía hay en la ciudad, también sirve para generar más oxígeno, porque un árbol joven produce más oxigeno que un árbol viejo.

De acuerdo al bolsillo

  • Los precios de los árboles navideños varían de acuerdo al tamaño
  • Los que miden de metro o metro y medio hasta los 3 metros, tendrían un costo de 300 a mil o mil 200 pesos
  • En los centros comerciales los precios oscilan entre los 700 y los mil 800 pesos

JJ/I