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2017 en columnas

Haciendo honor a una tradición que me he propuesto a cumplir al final de cada año dedico mi última columna de 2017 a hacer un resumen de los principales temas de los que he escrito en mi colaboración de cada semana.

Este año los temas de mis columnas se pueden agregar en siete grupos, tres muy amplios y cuatro más puntuales.

El primer gran grupo tiene nombre y apellido: Donald J. Trump. Dediqué 10 columnas a este controvertido personaje y cuatro de ellas al principal impacto que ha tenido en México: la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Puse mucho énfasis en la necesidad de rehabilitar a nuestro país de su adicción al TLCAN, diversificando su comercio y volteando a Europa, Latinoamérica y Asia.

El resto de columnas escritas sobre Trump abordaron el abandono de Estados Unidos del Acuerdo de París y su postura respecto al cambio climático, sus acciones contra inmigrantes y en particular contra los jóvenes dreamers, y las políticas de su gabinete contra la privacidad y la neutralidad en Internet.

El segundo gran grupo de columnas gira en torno a la innovación tecnológica, lo que sin duda tiene que ver con el sesgo natural que implica el que mi ámbito de actividad esté vinculado a ella, pero también tiene que ver con que éste ha sido un año de aceleración en la adopción de tecnologías; 10 columnas fueron dedicadas a este tema y cuatro de ellas asociadas a la “cuarta revolución industrial” o “industria 4.0”, que supone una oportunidad para un país manufacturero como el nuestro y también una amenaza porque implica mejorar la capacitación tecnológica y creativa de los trabajadores para contrarrestar el desplazamiento de empleo producido por la inteligencia artificial y la automatización.

El tercer gran grupo temático es la fricción entre el gobierno y la sociedad civil, al que dediqué siete columnas en el año; 2017 arrancó desde el primer día con alta tensión social por la entrada en efecto de la liberalización del precio de la gasolina, que fue etiquetada como gasolinazo, y que detonó un rechazo generalizado de la sociedad civil. Cuando Trump convirtió a México en su piñata política, la sociedad civil organizada trató fallidamente de manifestarse en las calles de la Ciudad de México, revelando fracturas entre los líderes sociales.

Otros temas alimentaron esta fricción durante el año: el accidentado proceso para juzgar y condenar a Javier Duarte por la corrupción rampante en Veracruz; la revelación de que el gobierno utilizó herramientas de espionaje contra actores sociales y periodistas críticos, y la investigación de la estafa maestra que puso al descubierto prácticas para desviar recursos a través de licitaciones simuladas en el gobierno federal. Aunque no llegué a escribir de ello porque está ocurriendo estos días, también la inminente aprobación de la ley de seguridad interior se suma a esta cadena de hechos que acrecientan el rechazo de los ciudadanos hacia la élite.

Los cuatro temas que abordé más puntualmente redondean lo que fue importante este año. Primero, escribí cuatro columnas sobre la era posverdad en la que políticos recurren a discursos populistas aprovechando que la gente saturada de información pone más atención a las emociones que a los hechos. Puse mucho énfasis en el rol de los periodistas y medios tradicionales que son el último bastión de defensa de la verdad y por lo tanto el blanco principal de los políticos populistas.

Segundo, escribí tres columnas sobre temas coyunturales en Europa, como la victoria de Macron en la elección de Francia y el conflicto separatista en Cataluña que, si se juntan con el referéndum del Brexit del año pasado, revelan una situación delicada en aquel continente en la batalla de ideas entre el populismo nacionalista y la visión integradora de la Unión Europea.

Tercero, escribí dos columnas sobre la vivencia traumática del sismo del 19 de septiembre para los que vivimos en las áreas afectadas y la vibrante solidaridad ciudadana que detonó, particularmente entre los jóvenes.

Finalmente, dediqué tres columnas al inicio de la carrera electoral hacia las presidenciales de 2018, compartiendo mi frustración por las opciones que tenemos hoy para votar. Sin duda el gran tema del año que viene será el seguimiento a lo que propongan los aspirantes presidenciales y esperemos que también lo sea la exigencia que haga la sociedad civil para que el que gane realmente resuelva nuestros retos impostergables como estado de derecho, corrupción y seguridad.

@ortegarance

JJ/I