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Palestinos comprometidos con la resistencia popular

(Foto: AP)

NABI SALEH. El caso de una joven de 16 años que abofeteó y pateó a dos soldados israelíes ha enfocado la atención en una familia de activistas y en su papel en lo que los palestinos llaman la “resistencia popular” a la ocupación de Israel, que registra manifestaciones de protesta casi semanales en varias localidades de Cisjordania.

Surgen relatos contrastantes en torno a la saga de Ahed Tamimi en un momento de gran desconfianza entre palestinos e israelíes, que generan escepticismo sobre las perspectivas de poner fin a su prolongado conflicto.

Muchos palestinos consideran a la adolescente como un símbolo de una nueva generación que se les planta firme a los ocupantes israelíes.

Para Israel, en cambio, es una muchacha inocente manipulada por sus mayores, una buscapleitos o una amenaza que compromete la imagen israelí.

El incidente que la hizo famosa ocurrió 10 días después de que Estados Unidos reconociese a Jerusalén como la capital indiscutida de Israel.

La medida fue recibida con protestas, incluidas algunas en Nabi Saleh, un pueblo donde en 2009 hubo enfrentamientos con soldados israelíes por la toma de tierras y de un manantial para a bastecer de agua a un asentamiento israelí.

El 15 de diciembre, según el Ejército israelí, algunos residentes tiraron piedras a los soldados y a un puesto israelí en una carretera.

La madre de Ahed, Nariman, filmó el incidente y lo difundió a través de Facebook, incluidas imágenes de soldados israelíes que tiraban granadas paralizantes.

En determinado momento, Ahed y su primo de 20 años Nour Tamimi, se acercaron a un capitán y a un sargento israelíes que se encontraban frente a su casa. Ahed les gritó que se fuesen y comenzó a empujar y patear a los soldados, que la apartaron sin apelar a la violencia. Acto seguido ellas les pegó en la cara, según fiscales.

El video causó enorme revuelo en Israel, donde muchos dijeron que los soldados habían sido humillados por la muchacha. Ahed fue detenida el 19 de diciembre y su madre y su primo corrieron luego la misma suerte.

Tres semanas después, Ahed y su madre siguen presas, mientras que el primo quedó en libertad bajo fianza. Ahed se expone a una condena de 14 años de prisión tras ser acusada de atacar y amenazar a los soldados en cinco episodios separados desde abril de 2016.

Un primo de Ahed, Mohammed, de 15 años, recibió un balazo de goma en la cabeza, disparado por los israelíes el 15 de diciembre y tuvo que ser operado. La familia de Ahed dijo que la muchacha atacó a los soldados israelíes porque estaba furiosa por ese incidente.

Mohammed sufrió serias lesiones. Cirujanos tuvieron que extirparle la parte izquierda del cráneo, la cual será reemplazada en los próximos meses. A fines de la semana pasada, el joven, que a los 14 años pasó tres meses en un centro de detención israelí por tirarles piedras a sus soldados, hablaba con claridad, aunque despacio, y parecía muy fatigado durante una entrevista en la casa de su familia.

En la aldea vecina de Deiri Nidham, la familia de Tamimi lloraba la muerte de Musab Tamimi, de 17 años, fallecido al recibir un balazo de soldados israelíes que reprimían a unos palestinos que les tiraban piedras la semana pasada. Los israelíes dijeron que el chico llevaba un arma, pero no ofrecieron pruebas. La familia del joven lo niega. En enfrentamientos ocurridos después del funeral de Musab, Mohammed Barghouti, de 17 años, recibió un balazo en la cabeza y se encuentra en estado grave, según un hospital.

Los militares israelíes no comentaron los incidentes. Aseguran que sólo disparan cuando enfrentan amenazas graves.

Los padres de Ahed, Nour y Mohammed afirman que los arrestos y las lesiones son el precio que pagan sus hijos por resistir la ocupación.

“Llevamos la cabeza alta”, expresó el padre de Mohammed, Fadel Tamimi, quien, igual que los demás, pasó años en cárceles israelíes.  

El padre de Ahed, Bassem Tamimi, considera que el caso de su hija repercutió tanto porque no se la ve como una víctima. “Cuando la ves, te sientes orgulloso, no sientes tristeza”, expresó.

Bassem Tamimi fue un activista de la causa palestina, que a fuerza mayormente de protestas en las que se tiraban piedras logró a mediados de la década de 1990 un acuerdo interino entre palestinos e israelíes.

Pero la promesa de un estado palestino nunca se hizo realidad. Y tras una serie de negociaciones fallidas se produjo un nuevo alzamiento palestino en 2000, que duró varios años y fue fuertemente reprimida por los israelíes. Israel, por otro lado, siguió construyendo asentamientos y unos 600 mil israelíes viven hoy en el sector oriental de Jerusalén y en Cisjordania, las dos áreas donde los palestinos querrían basar su estado.

En los últimos años surgió una nueva modalidad de protestas semanales en algunas localidades palestinas que perdieron tierras.

Bassem Tamimi estima que esas protestas son la mejor forma de combatir la presencia israelí. Pero dice que los asentamientos israelíes en territorios que los palestinos consideran propios hacen que sea imposible a esta altura crear un Estado palestino y está a favor de un único estado binacional, en el que todos tienen los mismos derechos.

La familia de Tamimi tiene un largo historial de lucha. Una prima de Bassem Tamimi, Ahlam Tamimi, participó en un ataque suicida contra una pizzería de Jerusalén en la que fallecieron 15 personas, incluidos siete niños, en 2001. Un sobrino, Nizar Tamimi, estuvo involucrado en la matanza de un israelí en 1993.

Ambos fueron liberados en 2011 en un intercambio de prisioneros y se casaron en Jordania.

Bassem Tamimi afirma que alguna vez apoyó la violencia, pero ahora la considera contraproducente.

Su esposa, en cambio, ha elogiado los ataques contra israelíes en las redes sociales. Bassem dice que las de su esposa son expresiones de solidaridad con las personas que mataron los israelíes, incluido su hermano Ruishdie, que recibió un balazo en 2012.

El encuestador palestino Khalil Shikaki dice que la “resistencia popular” es un fenómeno marginal porque las protestas no son masivas.

JJ/I