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Anaya, el ‘tricolor’ de Jalisco

Lo que faltaba ver en política sucedió ayer: el ex dirigente nacional del PAN y virtual candidato a la Presidencia de la República, Ricardo Anaya, acudió ayer a la sede nacional del Partido de la Revolución Democrática para ser investido –con un chaleco amarillo– como su precandidato presidencial.

En el mismo lugar donde los perredistas en dos ocasiones anteriores adoraron y postularon como su candidato a Los Pinos a Andrés Manuel López Obrador para enfrentarse a sus adversarios panistas, Vicente Fox Quesada (en 2000) y Felipe Calderón Hinojosa (en 2006), cumplieron ayer con el mismo ritual en la persona ahora del llamado joven maravilla de Acción Nacional.

En reciprocidad, para agradecer su postulación como precandidato de una corriente de la izquierda en el país –cosa inusitada, por supuesto–, hizo un compromiso que quizás ni los propios perredistas creyeron escuchar alguna vez de boca de un panista:

“Acudo hoy ante el PRD resuelto y comprometido a representar las legítimas aspiraciones democráticas de los militantes y simpatizantes del PRD…”.

En este contexto, el martes 9, en mi entrega titulada Jalisco, ¿incómodo para Anaya?, referí lo siguiente: “Una duda que comienza a crecer al interior del PAN es: ¿a quién le levantará la mano Ricardo Anaya cuando venga a Jalisco a hacer campaña y pida el voto? ¿Al candidato de su partido –Acción Nacional– a la gubernatura o al candidato –de Movimiento Ciudadano–, con quien negoció la alianza de su partido para crear la coalición de Frente por Jalisco?”.

Agregué: “Ética y moralmente, Ricardo Anaya está obligado a pedirle a los jaliscienses, militantes, simpatizantes o ciudadanos en general, el voto no sólo para que él llegue a Los Pinos y los alcaldes a las presidencias municipales o los diputados al Congreso del Estado, sino también su candidato a la gubernatura…”.

Y añadí: “En el lenguaje político y de campaña, Anaya está obligado en el discurso a destacar que el candidato a la gubernatura de su partido (…) es mejor que el candidato del PRI, del Verde Ecologista, de Morena y de Movimiento Ciudadano. Y debe de decir por qué es mejor, por qué deben de votar por él y no por ningún otro de sus adversarios”.

Bueno, pues así como ayer Ricardo Anaya no tuvo empacho en asistir a la sede de la izquierda amarilla en el país y sin rubor alguno “comprometerse a representar las legítimas aspiraciones democráticas de los militantes y simpatizantes del PRD”, al parecer ya tiene resuelto cuál será su conducta cuando visite Jalisco: tendrá tiempo para sus dos aliados.

Se asegura que en el pacto que dio vida al frente nacional, Anaya asumió el compromiso de realizar tres visitas a Jalisco para encabezar igual número de mítines: uno del PAN, acompañando a quien resulte su candidato a la gubernatura; otro organizado por el PRD para darle el espaldarazo a quien será su abanderado, Carlos Orozco Santillán; y uno más para dejarse ver del lado del jefe político del partido Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro Ramírez.

Habrá que esperar, pues, a que el PAN designe a su candidato a la gubernatura y que Orozco Santillán sea ratificado como candidato del PRD, para dar tiempo entonces a la visita de Ricardo Anaya y confirmar que en su papel de candidato del Frente por México apapachará a los tres candidatos a Casa Jalisco.

Pero mientras, al mismo tiempo vemos a López Obrador designando a la ex panista Tatiana Clouthier, hija de Maquío y hermana del diputado independiente Manuel Clouthier, como su coordinadora de campaña y exhortando a “los panistas de buena voluntad” a “luchar juntos por la honestidad, la justicia y la democracia”.

Ésta es la política surrealista del México nuestro, donde lamentablemente el ciudadano resulta el único engañado por estos políticos.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I