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Monstruos

Hace algunos años, encontré al guitarrista de una banda de heavy metal española en cuclillas, en un rincón del lugar habilitado como camerino. Tenía un ataque de pánico. Meses después me enteré que descubrió, en un remedio naturista que encontró en Guadalajara, una manera de sobrellevar su padecimiento.

Hace algunas semanas, una cantante que goza del mejor momento de su carrera, anunció su retiro por cansancio, agotamiento ¿enfado? Hace unos días presumió su calendario de conciertos en 2017, no llegaba a los cien shows. B.B. King llegó a hacer hasta 200 conciertos en un año, la banda de heavy metal Iron Maiden a mitad de los años 80 realizaba más de 150 shows alrededor del mundo.

En el documental Gaga: Five foot two, la cantante estadounidense aparece en varias escenas destrozada por el dolor debido a la fibromialgia que padece. En una situación similar se vio a la colombiana Shakira en el documental En vivo y en privado (2004), quien sufría sus shows debido a dolores en la cadera.

No es fácil subirse al escenario, es cierto, pero menos librar batallas con los monstruos propios.

Apenas el viernes se dio a conocer que el músico estadounidense Tom Petty murió por una sobredosis accidental de medicamentos, lidiaba con intensos dolores de cadera, con el insomnio y la depresión, sus aliados eran medicamentos cuya mezcla lo mató.

La cantante de The Cranberries Dolores O’Riordan falleció el lunes 15 de enero en nunca situación aún no aclarada, pero ha trascendido que se encontró un poderoso analgésico cerca de su cuerpo. Su muerte provocó una exploración sobre su pasado: fue abusada sexualmente, la fama la devastó, intentó quitarse la vida, en 2014 agredió a policías en medio de un ataque de ira y recientemente fue diagnosticada con trastorno bipolar.

When you’re gone, un tema del disco de 1996, To the faithful departed, la letra habla de alguien destrozado por la partida de un ser amado, habla de estarse hundiendo, de ver todo espantoso, de sentirse desvalido. Esa canción me vino a la mente con la muerte de Dolores, cuyo nombre parece haberla marcado. A la cantante le dolía el mundo, la fama, su pasado, sus heridas, más las emocionales. Y todo eso queda claro cuando alguien se fuera de forma repentina como ella.

El arte no debería sufrirse, los músicos no deberían pelearse con sus monstruos cuando hacen lo que aman, no deberían morirse por eso, pero me pregunto si la calidad debe cargar a cuestas la palabra dolor y lo peor, que ese dolor sea compartido por muchos. No entiendo.

@WhoIsFranco

FV/I