Hace una trazo de la realidad actual

El artista plástico Ernesto Gutiérrez, también conocido por su seudónimo 90114 trabaja en su taller con sus navajas, su tinta y sus cuadernos. Su obra siempre está relacionada al mural, aunque sea la serigrafía y el grabado las técnicas que trabaja, hay muchos elementos ocurriendo al mismo tiempo en sus cuadros: mujeres que se abren de brazos, fiestas patronales en pueblos de desaparecidos y el ritual que celebra, que adopta y ama a la muerte.

En entrevista el grabador contó que su experiencia artística está muy relacionada con recuperar las técnicas tradicionales, incorporando elementos actuales, por ejemplo en el grabado.

“Sus límites la hacen directa”, contó sobre esta técnica, “tienes dos colores y tienes que decirlo todo con formas. Al final me gusta su agresividad. Me interesa que haya un discurso que te haga pensar, que te diga algo, no me gusta que mis piezas sean tan contemplativas, me gusta dedicarme a ello”, contó.

Sin forzar ni los mensajes ni las líneas creativas, Ernesto Gutiérrez se deja llevar y cada uno de los procesos que culminan en sus piezas –que van de los más pequeños formatos hasta los lienzos de madera de 1.44– puede nacer de la manera más azarosa. Hacerlo libre es uno de sus mantras. A veces nace la idea, a veces primero nace el título, o la figura  primordial. Luego en el proceso nacen otras cosas y otros elementos que contrastan, que se burlan y que, a veces, pone el dedo en la llaga. Así se conforman sus piezas.

Xilografía, grabado, linóleo e instalación son algunas de las técnicas que conforman Opionegro, una serie de 20 ó 21 piezas que integran su primera exposición individual en Guadalajara.

Alzar la voz es un eje central tanto en esta muestra como en el resto de su trabajo. Dejar ese registro de su entorno.

“Mi trabajo va muy ligado a la calle y eso me interesa seguir cultivando. El grafiti lo meto en esta exposición como una influencia personal y como un homenaje, el vandalismo en la calle me gusta, es una contraparte fundamental, tienen un mensaje que tiende a tomarse a la ligera cuando es una de las expresiones más violentas y contundentes que hay”, contó

“La conciencia social del grafiti se ha conservado en mis piezas, al menos en intención. Me interesa decir algo y me interesan las personas”.

La exposición estará conformada por varias piezas gráficas realizadas durante el año pasado en que aborda entre otros temas la feminidad vista como imagen de la fertilidad y la vida, las tradiciones mexicanas contrapuestas con las nuevas corrientes artísticas en las que se inscribe el grafiti, así como la política, la sociedad y la religión en Jalisco.

“Para mí hay una responsabilidad en el artista, no creo que cada artista tenga que abordarlo, pero para mí es importante. No puedo dejar de pintar sobre la violencia, sobre los muertos, los desaparecidos, el machismo y todos los males que nos aquejan”, dijo.

“Mis grandes maestros me enseñaron que no podemos hablar del mundo si no hablamos primero de lo que nos pasa alrededor. Es para mí una forma honesta de trabajar. Yo hablo de lo que sé. Puede parecer reduccionista quedarse en lo local, pero a mí otra cosa no me interesa”.

Al trabajar en Tonalá donde se relaciona de manera muy cercana con los artesanos tradicionales Gutiérrez concibe su obra como eso, un trabajo artesanal, en el que el desarrollo de la técnica y el trabajo manual no está dividido del trabajo intelectual o de la concepción de la imagen.

Conócela

Opionegro se inaugura el viernes 26 de enero a las 20 horas en la Galería Espacio Azul del Cedart, en Independencia, 947. La entrada será libre a todo el público y las piezas permanecerán ahí un mes. La muestra será itinerante, después de su estancia en este espacio se expondrá en Tlajomulco en el Centro Cultural La Base, en el Centro Cultural Chapala y en una galería en Querétaro

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“No puedo dejar de pintar sobre la violencia, sobre los muertos, los desaparecidos, el machismo y todos los males que nos aquejan”
Ernesto Gutiérrez, artista gráfico

JJ/I