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Ciencia ficción

¿Cansado de no tener tiempo para leer el periódico, y de que al hacerlo abarque la mesa del desayuno o su tinta fresca ensucie los dedos?

Conocimiento Colectivo S.A. le da en un minuto audiovisual lo que debe saber para la toma de decisiones del día y del futuro, le dice qué vestir y comer y le comparte experimentos sociales en los que damos dinero a un indigente y a un empresario para ver quién lo comparte.

Un anuncio así parece extraído del cuento Campaña publicitaria de Phillip K. Dick (EU 1928-1982) donde máquinas audiovisuales acosan a las personas para que compren productos, como aparatos que leen la mente.

La diferencia es que ese resumen audiovisual de noticias ya existe en Internet. Son esos videos producidos por sitios como Cultura Colectiva o Playground que reducen a minutos los géneros periodísticos –nota, crónica, artículo…– revelando el gusto de las nuevas generaciones por lo rápido, lo audiovisual y lo superficial.

La tendencia no es nueva.

En México empezó hace años con periódicos como Reforma, diseñados para ser vistos y no para ser leídos –gran diferencia–.

Ahora en lugar de libros, hay series de tv. Tampoco es trágico, en especial porque debido a la escasez de imaginación, los estudios están retomando a los grandes autores.

Por ejemplo, Phillip K. Dick está de regreso en dos series para Amazon. Una está basada en la novela El hombre en el castillo (los nazis ganan la guerra y Hitler es viejo y débil).

La otra es Los sueños eléctricos de PKD, que no tiene nada que ver con el autor porque más que adaptaciones de sus cuentos, son reinvenciones a capricho de los guionistas. Y aunque actúan Bryan Cranston o Steve Buscemi y produce gente de Peaky Blinders o Los años maravillosos, sólo hay algo rescatable:

Mantiene vivo a Dick en una época en la que los autores sólo son recordados al morir.

Por ejemplo, esta semana fallecieron Nicanor Parra y Ursula K. Le Guin y el mundo lo lamentó. Pero cada cumpleaños, seamos sinceros, ese mismo mundo apenas los celebraba.

Ojalá los estudios sigan recurriendo a Dick. Y que Le Guin y Parra también inspiren series. No importa que estén mal adaptadas, porque quizá con ellas las nuevas generaciones se interesen en leer los textos originales en libros o periódicos.

Aunque leer así parezca ser algo nostálgico.

Como la ciencia ficción.

@los21fosfenos

FV/I