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Girasoles

Le dicen Starman y representa la soledad del Universo.

Es un maniquí con traje espacial sentado al volante de un automóvil Tesla que en este momento orbita alrededor del Sol en supuesta dirección a Marte.

Starman y su auto fueron puestos en el espacio gracias al lanzamiento del cohete Falcon Heavy de la compañía SpaceX de Elon Musk, ocurrido esta semana desde un centro espacial en Estados Unidos.

Para algunos, el lanzamiento es digno de celebrarse, pero el maniquí y el auto abandonados en el espacio son el capricho de un millonario que crea basura espacial sin que nadie proteste.

Y nadie lo hará porque Musk tuvo la inteligencia de involucrar en el proyecto al músico David Bowie y al escritor Isaac Asimov.

Lo hizo al poner en la radio del auto el tema de Bowie Life on Mars? que será repetido hasta el infinito, y en la guantera las novelas de Fundación de Asimov –y un auto Hot Wheels–. Y cualquier cosa que incluya a Bowie y a Asimov jamás podrá ser llamada basura.

Estos días la casa Sotheby’s también anunció la subasta de un diamante de 102 carats y del tamaño de una fresa, reconocido como el más grande y puro de su tipo.

Según expertos, su precio podría superar el récord de 71 millones de dólares que pertenece a otro diamante vendido en 2013.

El Starman de Musk y el diamante de Sotheby’s, además de demostrar que vivimos en una época en donde conviven la ciencia ficción con la edad de piedra, y que el hombre tiene delirios de astronauta cuando es un cavernícola obsesionado por un cristal, también revelan un universo con miles de formas de gastar el dinero.

En ese cosmos también llamado lujo, unos materializan los sueños de cohetes, autos y Bowie en el espacio, mientras otros intentan resolver sus complejos con piedras atadas al cuello.

En la galaxia más lejana de ese universo estamos todos los demás.

Los que prefieren flores en la mesa a diamantes en el cuello.

O girasoles en el jardín.

Además, los girasoles también orbitan alrededor del Sol como todos los que estamos en la Tierra y sin necesidad de ser lanzados por un millonario cohete. Y en los días nublados y de pocos rayos, estas flores voltean a verse entre ellas, como espejo, para compartir su energía.

En términos humanos podría ser como tener dinero de sobra, pero gastarlo bien.

Queridos girasoles… gracias por la lección.

@los21fosfenos

JJ/I