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El costo de proteger a la vaquita marina

PROTEGIDA. La vaquita marina habia en la Reserva de la Biósfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado. Desde el año pasado se agudizó la crisis por su supervivencia. (Foto: Especial)

La protección de la vaquita marina (Phocoena sinus), especie en peligro de extinción y endémica del Alto Golfo de California, tiene como eje rector la restricción de las actividades pesqueras en la zona que desde 1993 fue decretada como área natural protegida (ANP) bajo el nombre Reserva de la Biósfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado.

Desde entonces, las comunidades de pesca ribereña de Santa Clara y San Felipe, en Baja California, así como Puerto Peñasco, en Sonora, se han visto obligadas a minimizar la captura de curvina, sierra, chano y camarón.

Investigadores de El Colegio de la Frontera Norte (Colef) han documentado el impacto de las políticas ambientales para la protección de la vaquita marina sobre las actividades pesqueras del Alto Golfo de California.

Los estudios se sitúan en el campo de la economía ambiental, una línea de investigación emergente dentro del Colef, que poco a poco se consolida con la colaboración de investigadores de distintos departamentos.

Por medio de una recopilación histórica de los diferentes lineamientos legales que han sido implementados para proteger a la vaquita marina y su hábitat, Carlos Israel Vázquez León, investigador del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente del Colef, realiza una evaluación de la efectividad de las políticas públicas y sus repercusiones económicas en las actividades pesqueras.

“La idea es evaluar estas políticas con base en tres líneas que son desarrollo sustentable, desarrollo social de las comunidades pesqueras e ingreso económico. Esos tres marcos de referencia me sirven para evaluar la política pública, ya que en la literatura sobre evaluación de política pública no existe una metodología definida, es decir, no te lleva paso por paso”, explicó el investigador.

La evaluación se realiza desde dos puntos de vista: los usuarios de la política pública, es decir, los pescadores, y los responsables de la toma de decisiones, entre los que se contempla instituciones como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).

Comparativo económico

En su investigación, Vázquez León analiza en forma comparativa la actividad pesquera antes y después del decreto de ANP en el Alto Golfo de California, a través de registros de arribo de embarcaciones, los ingresos de las comunidades, las especies que pescaban y las áreas en que estaba permitida la pesca.

El análisis comparativo lo realiza con datos de 1994 y 2004, a 10 años de que se decretara la ANP; con esta herramienta los investigadores evidencian que no hay una mejora en el ingreso de los pescadores, por el contrario, hay un deterioro.

“Ahora estamos revisando si estos patrones cambiaron después, estamos cubriendo un periodo hasta de 30 años para evaluar esto y obviamente sí han cambiado los patrones de pesca porque actualmente ya no se permite la actividad, son restricciones, excepto una pesquería que existe que es la curvina pero corre el riesgo de que sea cerrada también”, expuso Vázquez León.

Vázquez León centra sus estudios en los pescadores de embarcaciones menores y no contempla la pesca furtiva como un factor, por las dificultades que existen para hacer estimaciones sobre actividades pesqueras clandestinas.

Sin embargo, mediante el diagnóstico documenta la existencia de hasta cuatro generaciones de pescadores, la falta de inversión en infraestructura y la ausencia de mecanismos que permitan a los pescadores agrupados en cooperativas y federaciones incidir en los precios de mercado de sus productos.

“No existen cadenas de frigoríficos, no existen formas de que el producto salga con valor agregado desde la comunidad, se vende como producto de materia prima para que sea vendido y procesado en mercados internacionales donde el ingreso se queda en los intermediarios y no realmente en el pescador, entonces tenemos un ciclo vicioso que va generando pobreza y deterioro ambiental”, afirma el investigador de El Colef.

Herramientas efectivas

Para Patricia Rivera Castañeda, investigadora del Departamento de Estudios Económicos de El Colef, el desarrollo de investigaciones como la coordinada por el doctor Carlos Vázquez genera la posibilidad de fusionar análisis desde diferentes aristas y elaborar diagnósticos más enriquecedores.

“Al tener esa parte dura de modelos, cálculos estadísticos, te da fortaleza al momento de presentar tus resultados. Además, las herramientas de la economía ambiental pueden ser aplicadas a diferentes casos: aspectos de contaminación, belleza paisajística, conservación de recursos”, mencionó en entrevista.

Consideró que la ventaja principal que ofrece la economía ambiental es que dota a los investigadores de herramientas para la obtención de datos útiles para la toma de decisiones, puesto que están fundamentados con cálculos precisos.

Aclaró que no debe confundirse economía ambiental con economía ecológica, ya que sus diferencias son estructurales: mientras que en la primera se percibe el medio ambiente al servicio del ser humano, en la segunda se considera al ser humano como parte del entorno ambiental.

Una especie en peligro de extinción

La vaquita (Phocoena sinus) es el único mamífero marino originario de México y el más pequeño de los cetáceos. Es robusta, con las aletas pectorales largas y cóncavas.

Es una especie endémica del Alto Golfo de California en México y no hay indicio de su presencia al sur, por lo que se plantea que esta ha sido su distribución original. Solo vive en una región pequeña, al norte de una línea imaginaria que conecta Puertecitos en Baja California y Puerto Peñasco en Sonora.

De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), la pesquería industrial y comunitaria del golfo de California afecta la sobrevivencia de la vaquita debido a que es capturada incidentalmente en las redes de pesca.

La prohibición de la pesca en la Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado ha provocado conflictos serios entre comunidades y autoridades, ya que de ahí depende la subsistencia de grupos indígenas como los cucapá, cuya economía se basa en la pesca de la curvina golfina.

Según la UNAM, el comité internacional para la recuperación de esta especie contabilizó en 2017, 60 ejemplares, 40 por ciento menos que en diciembre de 2015 cuando se encontraron 97. En los últimos 20 años, su población cayó 92 por ciento y desde hace un lustro se considera en peligro de extinción. Agencia Informativa Conacyt

FV/I