Nuevas plataformas y jóvenes lectores

Dejar de lado los métodos tradicionales de lectura y comenzar a hacer uso de las plataformas digitales fue la propuesta que lanzó Caterina Cardona, académica del Instituto Ramón Llull, con sede en Barcelona, al dictar la conferencia titulada El bit en el aula: aprendizaje de lenguas en entornos digitales.

La charla tuvo lugar en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) como parte de un seminario de investigación y persiguió el objetivo de presentar a docentes y alumnos distintos métodos digitales que facilitaran su aprendizaje a través de la lectura digital.

“Dejar atrás los métodos tradicionales y comenzar a usar plataformas didácticas que fomenten y atrapen a los jóvenes, no es malo, y funciona mejor, pues ellos son parte de esta era digital”, comentó Catarina.

La exponente mencionó que los actuales métodos siguen una secuencia determinada: el docente elige la lectura, el alumno lee y los demás lo siguen; se le corrigen los errores, se le ponen ejercicios de gramática derivados del texto y después se le dan preguntas de reflexión para responder.

“Este método ya no es efectivo, es momento de consumir productos tecnológicos culturales”, consideró.

Catarina mencionó la existencia de plataformas que combinan textos e imágenes a la vez, a las que muchas veces se suman vídeos de realidad virtual para que aquellos que disfrutan de lo visual tengan una mejor experiencia con la lectura.

“La lectura la basan en clases sociales, contextos, el acceso a la educación, lengua y tecnologías que se manejan y esto, debería dejarse de lado”, expuso.

Resaltó, además, que este tipo de plataformas dan la oportunidad de ser consumidores y prosumidores, es decir, los mismos que las adquieren pueden convertirse en creadores de contenido.

Booktubers, libros de realidad virtual, plataformas que se complementan con mapas electrónicos, páginas musicales y poemas a través de Twitter, son algunos de los ejemplos de los que hizo mención.

“Hay muchos libros que invitan a sus lectores a participar en la historia, donde se dejan opiniones e incluso ideas para continuar con el texto; otros abren grupos donde se exponen diversos tipos literarios y, también, hay una página que hace uso de Twitter para hacer poemas; esto hace que el consumidor se sienta único y se interese aún más”, explicó.

Durante la conferencia, surgió el debate de donde terminarán los libros impresos y aquella experiencia antigua de leer; sin embargo, Catariana acordó que este método no debe de desaparecer pues funciona para varios.

“Con esto no trato de decir que los libros tradicionales tengan que desaparecer, sólo expongo una nueva forma de aprendizaje que  ayudará a los jóvenes a estudiar”, concluyó.

JJ/I