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Los motivos de Margarita

En el primer minuto de la entrevista dejó fríos a sus interlocutores y les abortó las preguntas que llevaban listas para disparar. Margarita Zavala anunció que retiraba su candidatura a la Presidencia de la República por honestidad y congruencia. Las encuestas claramente la dejaban sin ninguna posibilidad en la contienda y ella no estaba dispuesta a mentir.

La candidata lucía sonriente, tranquila y en algunos momentos hasta radiante y descansada cuando fue desgranando uno a uno los motivos que la orillaron a tomar la decisión, que quizá sea la anécdota más representativa del periodo de campañas electorales.

Las candidaturas independientes fueron creadas para que no prosperaran. Ésa fue la tajante conclusión de Margarita acerca de unas reglas del juego que siempre fueron desfavorables y plagadas de lastres para impedir sus avances.

¿A qué se refirió? La autoridad electoral les exigió, primero, conformar una asociación civil integrada, al menos, por el aspirante, su representante legal y el encargado de la administración de los recursos de la candidatura independiente. Luego abrir una cuenta en un banco.

Después tuvieron que realizar una gran cruzada para reunir 866 mil 593 apoyos de la ciudadanía distribuidos en por lo menos 17 entidades federativas. El medio para hacerlo fue una app en la que tenían que subir fotografía de la credencial de elector, captura automática de datos de identificación, foto viva del ciudadano, doble notificación sobre la autorización del apoyo, firma digital, envío directo de los registros captados y eliminación de datos del dispositivo móvil por aquello de la protección de datos personales.

El ejercicio salió raspado, con señalamientos de falsificación de firmas de los que la ahora ex aspirante presidencial no escapó, aunque logró validar la mayoría de las firmas y sostuvo que las apócrifas le fueron sembradas.

No sólo le costó más obtener su registro, el trato desigual se notó, por ejemplo, en los spots: ¿cada cuánto la vio en la tele mientras los candidatos de coalición lo saturaban? Cuando Meade llevaba 2 mil 894 promocionales, Anaya 2 mil 788 y AMLO mil 476, ella sólo llegó a presentar 23.

Así las cosas, Margarita sostuvo que bajarse de la elección es una denuncia por la inequidad en la contienda a pesar de que la figura de los candidatos independientes era necesaria en un esquema de partidos políticos podrido y corrompido por el financiamiento público, todavía más codiciado que el mismo triunfo electoral.

Margarita también lidió con la violencia política y de género desde un principio: primero tuvo que renunciar a su partido para poder ser contendiente; se le puso la etiqueta de esposa de Felipe Calderón, a pesar de que ella decía “yo soy Margarita Zavala”; tuvo que enfrentar reclamos por decisiones presidenciales de aquel sexenio, y había programas de debate a la que nunca la invitaron por no pertenecer a un partido político.

Por último y aunque ella dice que no fue un factor de peso, la falta de financiamiento fue asfixiando su campaña.

Paradójicamente, Margarita tuvo que renunciar para que entonces se le reconociera su valía y valentía. Rápidamente le llegaron los elogios de Anaya y Meade, mientras que El Bronco quiere a los seguidores que deja sueltos.

Sin embargo, la postura de la ex panista es que no declina a favor de ninguno, a sus seguidores les dice que hagan el mejor uso posible de su voto y a la sociedad le aconseja exigir claridad de propuestas, valentía, honestidad y compromiso con las instituciones a unos candidatos que han llevado la campaña al salvajismo y al discurso de odio.

Margarita no está en duelo, seguramente habrá de ella para rato; se fue en quiebra, pero con un buen capital político que suma a sus 33 años de trayectoria.

Lo que ganó está dispuesta a invertirlo en la defensa de la dignidad de la política y, como dice, en hacer lo que quiera, cuando quiera.

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JJ/I