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La joya neogótica del padre Galván

En El Retiro. Justo en el número 28 de la calle Hospital, en la colonia El Retiro de Guadalajara, se ubica el templo de Nuestra Señora del Rosario. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

Dos altas torres que sobresalen; además de su altura, llaman la atención el tipo y concepto en que fueron construidas. Son bellas, sin duda, y desde lejos anuncian la cercanía del segundo templo de tipo neogótico que alberga la ciudad.

Justo en el número 28 de la calle Hospital, en la colonia El Retiro de Guadalajara, se ubica el templo de Nuestra Señora del Rosario, mejor conocido por propios y extraños como el tempo del Padre Galván.

Para cualquier persona es evidente que el discurso arquitectónico es muy diferente a su entorno, plagado de casas, comercios y pequeñas industrias. Esta joya de cantera rosa y gris, con grecados únicos y tallas a mano en cada uno de sus detalles, es un ícono de identidad para los tapatíos, especialmente para aquellos que por años han pertenecido a uno de los barrios más añejos de la urbe.

Su historia data de principios del siglo 20, época en que comenzó su construcción por petición del entonces obispo Francisco Orozco y Jiménez. Y aunque la culminación de toda su estructura se alargó hasta 1970, desde muy pronto se convirtió en el referente de fe de muchos de los tapatíos, según explica Rosa Huerta Jiménez, vecina de este templo desde hace más de 45 años.

“He vivido aquí por 45 años, pero mis padres llegaron a El Retiro allá por los años cincuenta; ellos me contaban cómo la gente se sorprendía con cada avance en la edificación del templo. Su diseño era causa de asombro en aquellos años, y creo que lo sigue siendo (…) es hermoso, por dentro y por fuera”, explica doña Rosa.

 

El mártir David Galván

El templo tuvo sus desarrollo a la par de la Revolución Mexicana, y si bien su nombre es templo de Nuestra Señora del Rosario, todo mundo lo conoce mejor por la iglesia del padre David Galván Bermúdez, un personaje que en aquellos años fue aprehendido por las fuerzas carrancistas en pleno Centro de la Guadalajara al dar auxilio a los heridos en un enfrentamiento entre villistas y carrancistas.

El padre Galván fue fusilado en 1915, a dos cuadras de donde hoy se levanta el templo, exactamente por la calle de Coronel Calderón.

La labor y causa de muerte dieron a este personaje especial popularidad entre los habitantes de esta ciudad, y al ser abatido a unos metros del recinto eclesiástico, tomó fama especial.

Sus restos fueron trasladados al interior del templo el 31 de enero de 1920. La popularidad de este sacerdote entre la gente el barrio, finalmente se trasladó al recinto eclesiástico.

El modelo

Diseñado por el arquitecto Pedro Castellanos, esta joya tapatía destaca, sin duda, por el estilo neogótico que ostenta en cada uno de sus detalles. Todo el tallado, dentro y fuera del recinto, lo hizo una sola persona, José Refugio Godínez, durante más de medio siglo.

El templo cuenta con 24 vitrales de 12 metros de alto por 1 metro de ancho, excepto el monumental. Los temas de los vitrales, son los 15 misterios del rosario, y fueron hechos a partir de los bocetos de Alfonso de Lara Gallardo.

El interior presenta esbeltas columnas con agudos arcos de 23 metros de altura y el altar está labrado por un sólo bloque de cantera rosa con rica y simbólica ornamentación en los costados y la imagen del Rosario al centro.

En su fachada aparecen 56 figuras de los ángeles típicamente vestidos de charros y chinas poblanas, con instrumentos de mariachi alegrando el nacimiento del mesías.

Si se encuentra de vacaciones y le gusta pasear por la ciudad, esta belleza arquitectónica, y el propio barrio del El Retiro, son una buena recomendación.

da/i