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Vivian Blumenthal: la necesidad de un legado vivo

(Fotos: Cortesía Gaceta de la UdeG)

Era una mujer rubia, de complexión delgada y alta. La mayoría de quienes la conocieron la recuerdan sonriente, siempre haciendo chistes y bromeando hasta en los momentos más crudos de su carrera y de su vida. Vivian Blementhal es recordada por sus amigos y colegas con amor a más de 10 años de su sensible fallecimiento, una vis cómica memorable. Su trabajo actuando en el escenario, escribiendo y dirigiendo obras en Jalisco, sin embargo, se han visto un poco olvidados y poco valorados al tiempo.

Realizó estudios de Historia y de Técnico en Actuación, ambas en la Universidad de Guadalajara, donde laboró en el Departamento de Letras. Estudió Teatro Técnico en Albion College, en Estados Unidos. El director tapatío Fausto Ramírez la describe como una total amante del teatro: “Una mujer de teatro absolutamente”.

La temporada en la que pasó con la Compañía de Teatro de la Universidad de Guadalajara es quizá la más trascendente de su carrera y la que todos recuerdan con especial cariño, desde cuando estaba en el escenario hasta cuando llegaba al teatro: cocía, planchaba, pegaba, lavaba, hacía todo, se apropiaba de los camerinos. “Ella era gente de teatro, fue una persona muy entregada, muy generosa y graciosa”, recordó Guadalupe Ortiz, una de sus compañeras en la actuación.

Fausto y Vivian coincidieron en el teatro de la compañía en la Escuela de Artes de la Universidad de Guadalajara cuando ambos tenían 18 años. “Ella comenzó a develarse como actriz con una versión delirante de Carlota del Eterno femenino de Rosario Castellanos, muy divertida, después la recuerdo mucho y muy gratamente en una obra que hicimos en 150 funciones. El teatro siempre fue su vida. Su obsesión”.

Ricardo Delgadillo también estuvo en esa temporada. “Hicimos una obra juntos, Jaque a la reina como en 1980 que tuvo mucho éxito, estuvimos en la Muestra Nacional, con una temporada larguísima”, contó. “Era muy alta, tenía una gran presencia en el escenario, pero además era comiquísima, hubiera sido una gran comediante, pero creo que su legado está sobre todo en sus textos. Hasta meses antes de su fallecimiento ella estaba aún activa, escribiendo, me mandó algunas obras por correo, además fue una gran amiga, gran compañera, simpática y alegre”.

PAPELES CARACTERÍSTICOS

Aunque su trayecto en el escenario no fue demasiado largo, fue de pasos fuertes. No era ella representándose, se transformaba todo el tiempo en cada papel, sobre todo en la farsa.

“De esas actrices cuya aparente candidez le daba una chispa que los demás no teníamos”, dijo Fausto Ramírez.

Entre los que más se mencionaron se encuentra Martita en el Árbol de Elena Garro, donde se confrontan dos mundos, el mestizo y el indígena, el papel era de una señora de 50 años cuando ella tenía 23, eran retos distintos de la representación que ella asumió con mucha firmeza.

Después se mencionó Si no puede pagar no pague, una adaptación que hablaba sobre el saqueo a los negocios transnacionales en la crisis de los 80, ella era una de las líderes que se encargaba de los saqueos.

Picnic en campaña también fue memorable. “Esa para mí fue su tesis de actuación. Era una comedia finísima, un bombón exquisito que no podías dejar de verlo. Tenía mucha chispa. Tenía un carisma para hacer trabajos de comedia, hizo varios montajes de ese nivel, como en Divinas palabras de Valle Inclán, donde interpretó a Pocapena, que donde traía un muñeco, al que preparaba antes de la función, con cuidado y detalle para el ritual de cargar a su bebé que nos parecía curioso. La escena era muy fuerte, su pareja El Gitano quería deshacerse de él y ella lo defendía con uñas y dientes”, contó Montserrat Díaz, su amiga y compañera de escena.

Pégame, mátame pero no me ignores de Darío Fo fue muy emblemática en su carrera, y en general casi todas las obras del Premio Nobel italiano que interpretó bajo la dirección de Rafael Sandoval, director de la compañía y su esposo, a quien tanto admiraba.

“Vio la obra en Italia y llegó a México con la convicción de que quería hacerlo”, contó Montserrat Díaz. “Se obsesionó con la obra y nos quería enseñar a todos cómo se hacían los guiones de ese tipo en Europa, compró un cuaderno profesional largo y ahí pegaba los diálogos con largos espacios para las anotaciones. Así trabajó esta obra”.

Luego, después de su primer embarazo, dejó casi por completo la actuación y comenzó a escribir. Su obra sobre las explosiones del 22 de abril fue el primer trabajo de dirección serio de Fausto Ramírez. Se titulaba Fe de erratas: Solo hilaridad, que hace parodia al programa del gobierno que ayudaría a los tapatíos afectados, dos jóvenes que por estar chemeando provocan una explosión aún mayor en el barrio en el que vivían. Esa obra le trajo llenos totales en el Teatro Experimental donde trabajaba y se presentaba la compañía.

Sí hay deuda

Según Víctor Castillo, actor y director que conoció también a Blumenthal en sus años como actriz, si bien la Universidad de Guadalajara ha tenido bien honrar su nombre nombrando a un teatro, esa distinción debió ser sólo el principio del reconocimiento para honrar su labor de teatro que fue muy importante sobre todo para el desarrollo de la universidad como institución cultural en las artes escénicas.

“Lamentablemente en México carecemos de memoria, las nuevas generaciones no saben quién es ella o qué hizo o por qué se llama así al teatro”, dijo. “Vivian fue primero una gran actriz en el género de la farsa particularmente, el género de al menos 90 por ciento de los trabajos que hizo en donde trabajamos juntos, fue una extraordinaria compañera de trabajo, entusiasta hasta el exceso en los proyectos, una impulsora en gran medida de los logros de la Compañía de Teatro de la Universidad de Guadalajara en ese periodo. Fue muy insistente y su entusiasmo la llevaba a buscar la calidad interpretativa de los compañeros, cuidar que la producción saliera decente y adelante oportunamente”. 

Castillo dijo que justo actrices con ese talante de profesionalismo y disciplina faltan ahora que según su perspectiva está más lleno de farándula que de teatro, de pasión real.

“Vivian tenía una chispa para la comedia que yo no he vuelto a ver otra actriz en Guadalajara, creatividad e ingenio para este género inigualable en un momento en que la gente en la ciudad iba al teatro en masa”.

NO MONTAN SUS OBRAS

A pesar de que a partir de diciembre de 2012 hay un teatro que lleva su nombre, el trabajo de la dramaturga se encuentra pausado desde hace varios años. Ninguna de sus más de 10 obras ha vuelto a ser montada, algunas de ellas como Pelucas, donde cuenta su experiencia a través del cáncer, que en 1992 obtuvo mención honorífica en el Concurso Internacional de Obra Dramática Tramoya. Fue primer lugar en el concurso de Publicación de Obra Literaria 1993, de la Universidad de Guadalajara, por Tres obras de teatro infantil y ganó el Premio Nacional de Obra de Teatro para Niños 1999 por Los perritos danzarines del volcán.

Hizo adaptaciones de obras, incluso una sobre fray Antonio Alcalde que no se tomaron en cuenta ni en el año del aniversario 200 del prócer tapatío.

“Su trabajo como dramaturgia que es tan vasto y tiene muchos géneros, temas y demás, no se llevan al teatro”, dijo Montserrat Díaz.

“A Vivian le tocó vivir tiempos de mucha polarización en el teatro tapatío, y le tocó ser centro de la polarización y a ella le importaba seguir haciendo teatro, qué lástima que está siendo olvidada porque fue fundamental en su tiempo”, dijo Fausto Ramírez.

La malinchada fue el primer trabajo de titulación de un estudiante hecha como una creación soportada en una investigación histórica”, contó Efraín Franco, director del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA) y cercano a Vivian Blumenthal. “Su trabajo iba del corte vivencial al histórico, la adaptación infantil, donde desbordó su talento”.

En un artículo que publicó en la revista Luvina, el cronista Juan José Doñán escribió que la autora afinó y afiló sus armas dramatúrgicas “con el trato de los grandes autores del pasado y el presente y con maestros de la composición dramática (Hugo Argüelles fue uno de ellos) y no hubo rincón de la cocina teatral al que no se metiera y en ese periplo pudo descubrir que el texto escénico es tanto o más importante que el literario… En los últimos años de su vida prácticamente renunció a cualquier tarea creativa que no tuviera que ver con el teatro para niños y así compuso una media docena de piezas de muchos quilates (entre ellas El rey furibundo, El pincel mágico y El pepenador mágico y otros magos, mucho más auténticos que Harry Potter) en las que con gran inventiva y lucidez y amenidad retrata la tontería de los adultos que ha dado por resultado un mundo tan cucho como éste en el que vivimos”.

Quedará en las próximas generaciones y en las autoridades que la celebraron alguna vez volver a revivir estas obras que cuentan a su manera una parte de la historia del teatro en Guadalajara del que ella, sin duda, fue protagonista.

Planean recopilar sus obras

Silvia Eugenia Castillero, escritora y editora tapatía fue una de las mejores amigas de Vivian Blumenthal desde la preparatoria. En entrevista con NTR contó que este mismo año junto con la familia de la difunta actriz y dramaturga harán un libro compilando todas sus obras escritas para que no se pierda el legado de una de las grandes creadoras del estado. 

“Aún no tenemos una fecha contemplada para la publicación, pero seguramente será con la editorial de la Universidad de Guadalajara que fue su casa durante tanto tiempo”, dijo Castillero, actual directora de la revista literaria Luvina. “Es importante proteger y difundir su legado para que no se olvide y se mantenga constante”. 

De Vivian dijo que siempre fue una persona muy activa, muy divertida y muy inteligente, que comenzó a escribir desde joven, incluso poesía, género que abandonó después por el teatro, pero que casi al final de sus días retomó. Fue Silvia quien conservó unos cuadernos de la dramaturga que mantuvo durante su enfermedad, ahí encontró varios poemas, cuatro de ellos, de hecho, fueron publicados en Luvina, en el número dedicado a la enfermedad. 

“Como sabemos ella escribió de varios diferente tipos de teatro, escribió adaptaciones de clásicos, piezas históricas y obras infantiles, farsas y dramas. Era muy talentosa y al final de su vida volvió a escribir poesía, escribió sobre trasplantes, ella siempre soñó con trasplantarse”, contó. 

“Es muy interesante la obra de Vivian porque trabajaba mucho de la actualidad, escribía cosas actuales, cuando se enfermó, durante la última obra que hizo Pelucas, abierto pase usted donde también dialogaba sobre el cáncer y luego Hoy juegan las Chivas sobre la relación de México y el fútbol. Era multifacética, era impresionante, hacía de todo al día y además escribía”. 

Además del libro que prepara junto con la familia, Silvia Eugenia dijo que a Vivian le dejaron pendiente una ceremonia que nunca se hizo para inaugurar el teatro que ya tiene su nombre, un pendiente, dijo, que hoy sería urgente para mantener su obra viva.

“Ella era gente de teatro, fue una persona muy entregada, muy generosa y graciosa”

Guadalupe Ortiz, actriz

“De esas actrices cuya aparente candidez le daba una chispa que los demás no teníamos”

Fausto Ramírez, director

“Era muy alta, tenía una gran presencia en el escenario, pero además era comiquísima, hubiera sido una gran comediante, pero creo que su legado está sobre todo en sus textos”

Ricardo Delgadillo, director

La malinchada fue el primer trabajo de titulación de un estudiante hecha como una creación soportada en una investigación histórica”

Efraín Franco, dramaturgo e investigador

Algunas de sus obras

  • Cristóbal Colón
  • El pepenador mágico
  • La historia del rey Furibundo
  • Los Premios Nobel
  • El pincel mágico
  • Los perritos danzarines del volcán
  • Alerta: el bufón renunció
  • Solohilaridad
  • Pelucas, abierto pase usted
  • Hoy juegan las Chivas
  • Tony Camaleón

Fechas

  • Nació en septiembre de 1962
  • Falleció el 17 de febrero de 2007
  • El Foro CEPEX cambió su nombre a Teatro Vivian Blumenthal en diciembre de 2012

JJ/I