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Veracruz, el ‘Frankenstein’ de Liga MX

Ya en otra ocasión habíamos abordado el tema de la situación del club Veracruz. Pero conforme han transcurrido las semanas, la crisis, lejos de llegar a una solución, ha alcanzado su nivel más alto.

La decisión tomada, al menos hasta ayer para darse a escuchar y sentar un precedente en el futbol mexicano, es no presentarse a jugar su partido programado para mañana ante Tigres, a manera de protesta por el retraso de sueldos, en algunos casos de hasta seis meses de deuda.

El personaje que los apoya es Álvaro Ortiz, presidente de la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales (AMFPro), quien se indignó por la indiferencia que mostró el presidente de la Liga MX, Enrique Bonilla, para ayudar a los jugadores.

Bonilla propuso interponer demandas ante la Comisión de Controversias, pero como la directiva encabezada por Fidel Kuri prometió el pago sólo de palabra y no mediante un documento firmado, no hay manera de comprobar que exista una deuda o la promesa de un pago, y de tal forma tampoco pueden ejercer el derecho a cobrar una fianza en la FMF para obtener un ingreso.

De tal forma, no son solamente los jugadores del primer equipo los que están atados de manos sin saber cuándo van a recibir el sueldo que se ganaron con su trabajo, más allá de los resultados en la cancha, que a final de cuentas su campaña es consecuencia de los malos manejos administrativos. En la misma situación están los jugadores de la Sub-20 y el equipo femenil, más los utileros.

Según lo revelado por Álvaro Ortiz, los utileros, al no poder pagar la renta de sus viviendas, han tenido que dormir en el Estadio Luis Pirata Fuente y algunos jugadores han tenido que sacar a sus hijos de las escuelas porque ya no pueden pagar las colegiaturas.

Ante la amenaza de no presentarse a jugar, para Bonilla es muy sencillo advertir: si no se presentan, Veracruz automáticamente perderá la categoría en Primera División.

Es curioso, porque fue la Liga MX la que abrió el candado para no descender, inventando la condición que para permanecer en el máximo circuito había que pagar una especie de multa de 120 millones de pesos. Veracruz pagó, y se quedó pese a que matemáticamente había descendido desde el torneo pasado.

Ahora, los dirigentes ya no saben cómo librarse del monstruo que ellos revivieron, y desean sepultarlo ahora sí, aplicando el reglamento.

@ofares72

JJ/I