INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Mis niñas 

Querida hija: 

Desde el instante en que moriste, no hay día en que no te piense. A veces, es sólo un ligero instante que llega con algún olor, alguna palabra o alguna canción; otras, es un vendaval que me atrapa, revuelve y deja tirada, casi imposibilitada para seguir mi rutina. 

Mi muy amada pequeñita: desde el momento en el que el médico me dijo que tu corazón había dejado de latir, la culpa me carcome. Algunas noches, ese sentimiento me acecha detrás de la puerta de la habitación, listo para saltarme encima apenas atraviese el umbral. 

Lo que sigo sintiendo, a pesar de que hayan pasado más de tres años desde aquel momento en que tu latido se detuvo, es una culpa terrible, porque yo era tu mamá. Porque debía cuidarte y protegerte de todo lo malo que pudiera ocurrirte. Porque era mi responsabilidad cuidar de ti. Y sufro más al pensar que sentiste dolor antes de morir y no pude hacer nada para evitarlo. 

Mi preciosa bebita: ahora serías imparable. Un torbellino de cabello negro, abundante y ensortijado; una persona diminuta en una familia que te quería (te quiere) con cada poro de la piel; una chiquilla efervescente y curiosa, con ganas de explorar todo alrededor. 

Mi niñita: todo el lunes pensé mucho en ti. Al llegar en la madrugada a casa leí que Fátima, de 7 años, había sido asesinada; su cuerpo fue abandonado, desnudo, en una bolsa de plástico. La mamá de la pequeña Fátima no alcanzó a llegar por ella a tiempo a la escuela, en donde la dejaron fuera. Una mujer se la llevó. Días después encontraron su cadáver. 

Y al leerlo, empecé a llorar. Me imaginé cuánto dolor estaba atravesando la familia de Fátima. Me dolió el estómago al pensar cuánta culpa podrían estar cargando sobre sí su mamá, su papá, sus hermanos y tíos, todos quienes la aman, e incluso su profesor o el directivo de la escuela. Porque se retrasaron 20 minutos, porque la dejaron y cerraron las puertas de la escuela, porque no estuvieron atentos a ella, porque… 

A veces, cuando la culpa te traga, se encarga de masticarte; te engulle y el cuerpo duele. Duelen el estómago, los ojos, la garganta. Duelen los dedos de las manos, la espalda y el cuello… La culpa es como Saturno, y quienes la sentimos, somos sus hijos, devorados, despedazados, vomitados y vueltos a tragar… 

Y de repente fui asaltada por un sentimiento inexplicable de tranquilidad. Qué bueno que viviste tan poco, pensé. Qué bueno que no saliste a este país, donde cualquiera te puede arrebatar la vida con total impunidad, porque la justicia es sólo una palabra. Qué bueno que no pisaste las calles de esta ciudad, porque el solo hecho de que eras mujer te hacía presa de mentes retorcidas y violentas. Luego, me sentí terrible por pensarlo y sentir tranquilidad. Pero tal vez, sólo tal vez, mi hermosa Nikté, es mejor que hayas muerto antes y no después, aunque el dolor que nos dejaste sea imborrable. 

Mi flor de mayo: tú ya eres polvo estelar, pero hay muchas niñas y niños por quienes pelear, a quienes amar y proteger: tus primas Zoé y Sofía, tu primo Rubén y tu hermana Xcaret son sólo algunos de ellos. Y aquí sigo, por ellos. 

Te amo. 

 

Fátima Cecilia, 7 años, CDMX; desaparecida y hallado su cuerpo en febrero de 2020. Melissa Nohemí, 8 años, Mich.; asesinada en enero de 2020. Esmeralda Estefanía, 9 años, Jal.; desaparecida en junio de 2019 y su cuerpo fue encontrado en julio de 2019. Lisa María, 5 años, Zac.; asesinada en noviembre de 2018. Ana Lizbeth, 8 años, NL; desaparecida y encontrado su cuerpo en julio de 2018. San Juana, 9 años, Zac.; desaparecida y su cuerpo hallado en julio de 2018. Dayanna Esmeralda, 5 años, Sin.; desapareció en junio de 2017 y su cuerpo fue encontrado en octubre de 2017. Valeria, 11 años, Edomex; desaparecida y su cuerpo encontrado en junio de 2017. María Julieta, 8 años, Jal.; desaparecida y hallado su cuerpo en mayo de 2016. Ángela, 2 años, CDMX; su cuerpo fue encontrado en marzo de 2015. 

Estos fueron algunos de los casos que me arrojó una búsqueda en Internet sobre niñas asesinadas en los últimos cinco años. 

 

Horror. 

 

Twitter: @perlavelasco

jl/I