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Campañas con cargos

Aún no es el regreso a clases, y en algunos casos ni el laboral, y el proceso electoral se adelantó. Las campañas internas partidistas arrancaron cuando todavía hay personas de vacaciones o pasando tiempo con su familia, que al regresar a sus ocupaciones diarias se encontrarán con la sorpresa de que algún conocido, amigo o familiar anda buscando una candidatura. 

Empezaron a circular los nombres de aspirantes a ser electos por cargos de elección popular y poco tiempo les han dado a sus militantes para conocerlos. Hay algunos donde las listas están definidas y otros, que siguen en el jaloneo y la incertidumbre. 

Este lunes será el regreso oficial al trabajo de la mayoría de los entes públicos y las escuelas, y aunque se encuentren compañeros que están compitiendo por estos espacios, seguirán trabajando y al mismo tiempo teniendo sus aspiraciones electorales porque nada se los impide. 

Ni los partidos políticos ni la ley electoral están obligando a que pidan licencia al cargo mientras realizan esta competencia interna, porque se supone que va dirigida a un grupo reducido de militantes, pero siendo sinceros cuántos en realidad harán este trabajo en sus tiempos libres sin descuidar su trabajo, sobre todo el que es pagado con los impuestos de los jaliscienses. 

Lo más razonable sería pedir licencia al cargo mientras se realiza la competencia interna, para evitar los conflictos de interés o los apoyos oficiales, pero pocos son congruentes y lo hacen. 

Hasta el momento sólo se ha sabido de un caso en Zapopan que oficialmente anunció retirarse del cargo para competir por la candidatura a la presidencia de ese municipio, y es cuando surgen los cuestionamientos de quiénes más lo harán. 

Es del dominio público que tanto regidores de zona metropolitana como diputados locales y federales ya se anotaron porque quieren otro puesto de elección popular, y hasta el momento nadie más ha anunciado que dejan momentáneamente sus cargos públicos para evitar que interfieran con el trabajo partidista que nada tiene que ver con su función pública. 

Sabemos que hay partidos políticos que en sus estatutos establecieron que para poder competir por la candidatura deben renunciar a su cargo de manera temporal mientras se lleva el proceso y después les permiten regresar. 

El inconveniente es que no todos lo hacen porque algunos pueden dejar de recibir un salario, pero habrá otros que hagan las dos tareas al mismo tiempo sin dejar de percibir su sueldo, lo cual es criticable porque difícilmente se puede advertir que el tiempo laboral no lo usan para sus intereses personales, incluso las llamadas telefónicas o las reuniones fuera de oficinas. Todo es cuestión de principios y congruencia. 

En otras elecciones ha habido gobernantes que claramente le han pedido a su equipo que si alguno tiene el interés de contender por un cargo debe pedir licencia al que ocupa para evitar que a sus gobiernos los involucren en contiendas electorales, y esto se malinterprete. Lo han hecho por motivación personal y ojalá que esto se repita con los actuales para garantizar la imparcialidad, y sobre todo evitar malos entendidos. 

A veces cuando pierden la candidatura o la elección les permiten regresar, y a veces no. 

Lo interesante del actual proceso electoral es saber las reglas voluntarias que se impondrán, si serán laxos o estrictos, si serán cómplices o amigos porque queremos conocer cuáles serán sus prioridades: privilegiar el bien público o la conveniencia partidista. 

Los más obligados en poner el ejemplo son los diputados locales porque astutamente la norma electoral no los obliga a renunciar al cargo si son candidatos, y hay que ver su congruencia. 

Siempre se justifican que las campañas cuestan y deben tener recursos para pagar sus gastos incluso invierten sus ahorros. Y como dice el dicho, “el que quiere azul celeste, que le cueste”. 

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jl/I