INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

La distracción ciudadana y la aplanadora

El sueño de la razón produce monstruos

Goya 

 

El artista español Francisco de Goya tituló a uno sus grabados, en el que aparece un hombre dormido en un escritorio, rodeado por murciélagos y búhos, como El sueño de la razón produce monstruos. Al respecto hay muchas interpretaciones sobre lo que el autor quiso expresar, pero es probable que recogiera las ideas de la Ilustración que circulaban en ese entonces, y considerara que cuando la humanidad deja de actuar guiada por la razón entonces aparecen los monstruos que la propia sociedad construye. 

De esa misma manera, podríamos parafrasear a Goya, y decir que la distracción de la ciudadanía engendra monstruos. ¿A qué me refiero? Al hecho de que cuando la ciudadanía se distrae y permite que quienes ejercen el poder público utilicen los recursos a su alcance a su antojo, entonces se dan situaciones derivadas del abuso del poder, o de la falta de rendición de cuentas. 

Por ejemplo, el viernes 4 de junio el Congreso de Jalisco aprovechó que la población estaba distraída con las elecciones para aplicar una vez más el esquema de “cuotas y cuates” para la designación de titulares de puestos clave en la gestión pública, en este caso, el titular del Órgano Interno de Control del propio Congreso, pues se le encargó el puesto a una persona que no acreditó los requisitos incluidos en la convocatoria emitida por el propio Poder Legislativo, por lo que su nombramiento resulta ilegal. Y lo peor es que había por lo menos 15 personas con un mejor perfil, sin hablar de las cuatro o cinco que cubrían de manera óptima los requerimientos del puesto, conforme al informe elaborado por el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción de Jalisco. 

Lo grave del caso es que el contralor del Congreso debe asegurarse de que todas las personas que forman parte del Poder Legislativo actúen de manera íntegra, pero ¿cómo podría hacer valer la integridad alguien que obtuvo el puesto de manera ilegal? Porque, además, esa persona, Antonio Ríos Bojórquez, llegó a formar parte del personal del Congreso hace varios años, gracias a su hermano que era diputado, quien lo impulsó cuando hubo una ola de basificaciones ilegales, que hacen que el Congreso de Jalisco sea el que más gasta en nómina en todo el país. 

Y afirmo que es una repetición, porque es la manera en que se han estado llevando a cabo los nombramientos desde el verano pasado. Baste recordar el caso de la designación de tres personas integrantes del Consejo de la Judicatura, que no acreditaron los requisitos legales, y una de ellas, el consejero Novia Cruz, ahora está bajo investigación por haber violado la ley, traficando influencias a favor de quienes quieren apoderarse del predio de Los Colomos III. 

Esta situación es preocupante porque tenemos en puerta la renovación de la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, y de un puesto en el Instituto de Transparencia de Jalisco, entre varios cargos que le corresponderá al Congreso designar en diversos puestos públicos en los próximos meses. Además, aún no contamos con una ley de designaciones públicas que favorezca la designación de las personas más capaces en el servicio público, porque el propio Congreso no ha querido crearla. 

El problema es que ahora que se refrendó la mayoría del partido Movimiento Ciudadano en el Congreso, disminuyen las probabilidades de que se pueda aprobar una ley que le ponga límites al abuso del poder por parte de quienes toman las decisiones legislativas, a menos que la ciudadanía comience a presionar para contener la tentación de servirse con la cuchara grande. 

[email protected] 

Twiiter: @albayardo

jl/I