Guadalajara vivió una noche eléctrica con el regreso de Rauw Alejandro y su gira Cosa Nuestra, que llegó a una Arena VFG completamente entregada.
El artista apareció en el escenario alrededor de las 8:50 de la noche, iniciando un espectáculo dividido en cuatro actos que, en conjunto, sumaron cerca de 40 canciones, un recorrido amplio y dinámico por gran parte de su trayectoria.
Desde el primer momento, Rauw encendió la energía del lugar con un explosivo: “¡Bienvenida Guadalajaraaaaaa!”, provocando una ola inmediata de euforia. Esacercanía se mantuvo a lo largo de la noche: el cantante agradeció a quienes
esperaron desde temprano, se mostró atento con su público y, antes de arrancar formalmente el concepto del show, soltó: “Espero que comieran, que tomaran agua. Bienvenidos a Cosa Nueva”.
El concierto avanzó con una fuerza imparable. Temas como Punto 40, Desesperado, Todo de Ti, Lokera y Tiroteo marcaron los primeros estallidos de emoción. A esto se sumaron mezclas especiales que hilaban canciones como Tattoo, Fantasía y El Efecto, además de un bloque vibrante con Mil Mujeres y El Cuco, que elevaron aún más el ánimo del recinto.
Cada acto del espectáculo se construyó como una experiencia independiente: cambios constantes de escenografía, transiciones visuales y guiños narrativos que creaban distintas atmósferas. Entre un capítulo y otro aparecía un personaje intermediario que preparaba al público para la siguiente etapa, generando expectación y manteniendo un ritmo envolvente.
Rauw también mostró su lado más espontáneo, interactuando con humor, coquetería y cercanía. Estos momentos contrastaron con los segmentos emotivos, donde el show tomó un tono más íntimo. Canciones como Besito en la Frente, 2/Catorce, Buenos Términos y Amar de Nuevo iluminaron la Arena con miles de luces de celulares, creando un ambiente de complicidad que consolidó la conexión entre el artista y la audiencia.
El repertorio incluyó piezas recientes como Santa, Khé?, Pasaporte, Baby Hello y Ni Me Conozco, sin dejar fuera infaltables como Carita Linda, Cosa Nuestra y Silencio, que el público coreó de principio a fin.
Entre los segmentos más comentados destacó Cuando Se Apagan las Luces, una sección que jugó con sombras, suspenso y estímulos sensoriales para crear un ambiente inmersivo. Más adelante, el acto Entre el Amor y la Guerra ofreció un respiro emocional, un bloque más íntimo que provocó que el público acompañara cada verso con intensidad.
El cierre llegó con un tono introspectivo. Con 2:12, Desenfocado y Mirando el Cielo, Rauw bajó la intensidad para despedirse con una mezcla de calma y emoción, después de más de dos horas de un show que no dejó huecos y que mantuvo a Guadalajara completamente cautivada.
La experiencia continuará este 16 de noviembre para ofrecer una segunda noche que promete repetir y quizá superar la energía vivida en la Arena VFG.
GR










