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En la dualidad de las artes plásticas

Libertad. La base actual del trabajo de Lancaster es dejarse llevar por las ideas y los materiales hasta donde la conduzcan. (Foto: Mónika Neufeld)

Si hay una forma de definir el estilo de la artista plástica y muralista Maricarmen Lancaster, mejor conocida como MC Lancaster, son los opuestos. La dualidad. Entre el blanco y negro y el color. Entre el mural exterior, tan cercano al arte urbano, y el silencio de su estudio.

Como si de repente hubiera recuperado una memoria ancestral, después de años sin tomar un pincel, hace seis volvió a la pintura y ha experimentado con tantas técnicas que fluir es la más grande de las filosofías con las que hace su obra.

NTR. ¿Cómo nació tu pasión por la pintura?

MC Lancaster (MCL). Dibujaba desde niña. Siempre me gustó mucho. Especialmente en la primaria. Dibujar era realmente una pasión y la única cosa en la escuela que me gustaba de veras. Pero no sé qué pasó. Lo dejé mucho tiempo. Hace como seis o siete años en una tienda grande de papelería me encontré una promoción con un bote de tinta china y las plumillas. Entonces estaba dando clases de secundaria y prepa, en ciencias sociales, pero ahí tomé de nuevo un cuaderno, lo primero que dibujé fue una pluma, lo subí a Facebook y alguien me lo compró. Yo no tenía ni idea que eso se podía, ni siquiera sabía a cuanto venderlo. Así seguí.

NTR. ¿Fue como volver a una antigua pasión?

MCL. Fue retomarlo y hacerlo por diversión. A partir de ahí como si estuviera escrito en algún lugar comenzaron a pasar muchas cosas padres. Por azar me encontré con quien se encargaba de la curaduría de arte de la Cámara de Comercio y me comisionaron una serie de obras, luego mi primera exposición individual… luego una arquitecta me ofreció pintar un mural en el despacho de uno de sus clientes; ese mural en específico algo despertó… como si fuera algo que siempre hubiera estado ahí, que nunca hubiera tenido chance de salir hasta que llegó el momento perfecto. Todo ha sido inesperado, yo ni de broma me hubiera imaginado que me iba a dedicar a pintar hasta que pasó. Hace un año y medio dije que me iba dedicar exclusivamente a pintar a ver qué pasa.

NTR. ¿Qué pasó cuando regresaste?

MCL. Me descubro como una artista bipolar: o blanco y negro o una explosión de colores, no tengo puntos medios. Sigo en ese proceso: me gusta demasiado experimentar con materiales. Mezclo, combino y veo qué pasa, todo el tiempo experimento. Tengo muy poco que descubrí los aerosoles y los amo, obviamente me falta pulir la técnica, pero me animo a jugar. Pasan cosas interesantes cuando te dejas ir. Así como llegó el botecito de la tinta china, así llegan otros materiales y no les digo que no.

NTR. Y ¿cómo tomaste las primeras decisiones sobre el material o los temas?

MCL. Mi proceso creativo es una imagen que se me viene a la cabeza, pero es una imagen final, ya con el formato incluido. Así como se me ocurre lo hago. El mural es un poco más complicado porque hay que pedir permiso y no a todo el mundo le gusta que le anden pintando sus paredes. Pero cuando se arma me divierto muchísimo. Es una experiencia súper chida. Las flores que no se marchitan fue mi primera serie, donde hablo de mujeres en lugares que me son significativos. El primero lo dediqué a mis abuelas. Fue muy interesante porque me aventé todo, desde resanar y preparar la pared, nunca había pintado antes con esas dimensiones, pero fue natural también. No me costó trabajo. En el mural, la gente a mi alrededor se involucra y eso me gustó. Que la gente se diera cuenta de que el mural no es grafiti y cambias el paradigma: el arte urbano es arte.

NTR. ¿Es distinto cuando pintas en caballete?

MCL. Pasan cosas diferentes en el estudio. Si estoy ahí lo veo simple y llanamente como mi trabajo. Es importante para mí tener horarios de trabajo, procuro salir de mi casa, ir al estudio y trabajar ahí. No dejar que se me seque el cerebro ni un solo día. Cuando estoy en la calle pasan cosas diferentes, incluso tarda más y tiene una carga física más pesada, pero sé que es un trabajo temporal, me comprometo con eso y estoy incorporando mi entorno. En mi estudio estoy en total silencio y aislada, pueden pasar días sin que hable con nadie más. Estoy en absoluto silencio chambeando. De concentración total.

NTR. ¿Qué pasa cuando decides sobre qué pintar?

MCL. Me doy chance de hacer lo que me nace. Lo que se me ocurre y en el formato en que me ocurre. Sí tengo algunos trabajos que son más temáticos, el orden natural de la naturaleza, los peces, las aves en parvadas, me encanta pintar eso. De repente repito mucho manos y corazones, que me parecen objetos muy estéticos y me gusta, disfruto mucho ilustrarlos y pintarlos. Me dan chance de experimentar el qué pasa con otros materiales o soportes. Me doy chance de jugar todo el tiempo.

“No me gusta forzar las cosas y si las tengo que forzar ya sé que invariablemente algo va a salir mal. Así que prefiero que no. Una cosa es intentarlo y si de plano no se da, pues no pasa nada. Le quité el tapón a la creatividad y creo que ya no hay forma de darle reversa a esto”
MC Lancaster, artista

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