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Tiempo de decisiones

Los tiempos para la definición de los candidatos presidenciales de las diferentes fuerzas políticas están cada vez más cerca y ya se hacen apuestas sobre las fechas en que se conocerán finalmente los nombres de los ungidos. En las conversaciones de café en la CDMX el tema es recurrente y se habla particularmente del caso del PRI, donde la definición del candidato despierta especial interés por tratarse del partido en el poder.

Para muchos de los observadores el asunto debería quedar resuelto entre el 17 y el 24 de noviembre, aunque hay quienes opinan que la decisión podría darse hasta la primera semana de diciembre. Unos y otros coinciden en que para este momento ya han sido descartados tres de los nombres que se barajaron en un principio (Enrique de la Madrid, José Narro Robles y Miguel Ángel Osorio Chong) y consideran que para este momento se trata ya de una carrera parejera entre José Antonio Meade Kuribreña y Aurelio Nuño Mayer.

 

¿Meade o Nuño?

A ambos aspirantes, los analistas les otorgan merecimientos y fortalezas que los colocan en la antesala de la candidatura, aunque también admiten las debilidades que los harían vulnerables en una campaña que será indiscutiblemente dura y reñida. ¿Quién de los dos es el idóneo para enfrentar a un candidato de las características de Andrés Manuel López Obrador quien aparece en primer lugar de las preferencias en todas las encuestas?

La experiencia de Meade en la administración pública como secretario de Energía, Desarrollo Social, Relaciones Exteriores y Hacienda y Crédito Público en dos administraciones diferentes (una panista y otra priísta) le da una ventaja frente a Nuño cuya experticia se reduce a haber sido jefe de la oficina de la Presidencia con Enrique Peña Nieto y secretario de Educación Pública en los últimos dos años. ¿A quién le pesan menos los negativos del PRI, que inevitablemente aparecerán en la campaña? Muy pronto sabremos hacia dónde se inclinará finalmente la balanza.

 

Jalisco se prepara

Las piezas empiezan a moverse también en Jalisco, donde el próximo año habrá elecciones para gobernador, presidentes municipales y diputados locales. Si en las filas de Movimiento Ciudadano los dados han estado cargados desde hace tiempo hacia el dueño de la franquicia en el estado, Enrique Alfaro Ramírez, y lo que diga su dedito, en los otros partidos políticos inician los movimientos.

PAN y PRD enfrentan a nivel local la disyuntiva de sumarse o no al llamado Frente Amplio Democrático del que son parte a nivel nacional. ¿Se sumarán esos dos partidos a la candidatura de Enrique Alfaro? Es casi un hecho que el PRD Jalisco lo haga una vez que Alfaro arregló sus diferencias con los dos Raúles (Vargas, dirigente estatal perredista y Padilla, líder moral de la UdeG). Pero aún no está dicha la última palabra.

 

Acomodos en el PRI

En el tricolor se dio también el banderazo de salida con el sorpresivo anuncio de Francisco Ayón –el hombre más cercano y de mayor confianza del gobernador Aristóteles Sandoval–, quien en unos días dejará la Secretaría de Educación Jalisco y sus otros cargos en el gobierno para ponerse a disposición de su partido.

¿Será el candidato del PRI a la gubernatura? Es el más fuerte en caso de que Arturo Zamora decida no participar. En las encuestas, Ayón aparece por encima de los otros suspirantes, Eduardo Almaguer y Miguel Castro, quienes también dejarán el gabinete para contender.

El reto para quien resulte nominado será mayúsculo. Con un PAN y un PRD desdibujados y sin prospectos fuertes, y un candidato de MC que ha estado permanentemente en campaña y va puntero en las encuestas, el candidato del PRI deberá remar contracorriente y hacer un planteamiento innovador y convincente para atraer al electorado.

 

Verba volant, scripta manent

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@GOrtegaRuiz

JJ/I