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Rectoría: hermana y amigos

Contra lo que algunos niegan, mucho sucede al interior de la Universidad de Guadalajara, como lo revelé el miércoles en mi entrega titulada “Villanueva rompe acuerdos”, pues de otra manera no hubiera sido necesario que el rector general Ricardo Villanueva Lomelí se reuniera en privado ese mismo día con el ex secretario general Alfredo Peña Ramos y por la noche se tomara una fotografía con él cenando en el Atlas Colomos, y que acordara un encuentro esta semana con el ex rector general y hoy diputado Tonatiuh Bravo Padilla en la Ciudad de México.

Estos problemas no tienen que ver con la contienda por la presidencia de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), donde a tres días de que concluya el proceso electoral Javier Armenta (candidato de Alberto Castellanos) mantiene una ventaja de casi 3 mil votos sobre Alan Alvarado (candidato de Villanueva). Hasta ayer domingo el primero tenía 47 mil 547 votos a favor por 44 mil 718 votos del segundo. Fernanda Velasco, la tercera contendiente, registraba 37 mil 824.

Los problemas al interior de la UdeG existen y tienen que ver con el desplazamiento que el rector Villanueva Lomelí ha hecho y pretende hacer de diversos funcionarios ligados a Peña Ramos y Bravo Padilla, rompiendo acuerdos establecidos de antemano, para integrar a su equipo a familiares y ex colaboradores en el gobierno cuando fungió como secretario de Planeación, Administración y Finanzas (Sepaf), lo que no ha sido bien visto dentro de la institución.

El punto de quiebre parece ser la Secretaría General –al frente de la que está Guillermo Gómez–, de la que dependen el abogado general, Recursos Humanos y Comunicación Social, áreas que tienen que ver, directa o indirectamente, con los problemas que mantienen en el ojo del huracán al rector Ricardo Villanueva, como es la modificación de 200 contratos, aproximadamente, que de definitivos pasaron a temporales, y la contratación de más personal, algunos con antecedentes de conflictos en el servicio público.

En cuanto a las nuevas contrataciones sobresale la de su hermana Gabriela Villanueva, adscrita desde junio pasado a la oficina de la Rectoría General con un salario de poco más de 50 mil pesos mensuales. Sin embargo, se desconoce qué tareas son las que tiene encomendadas.

Otros casos de ex funcionarios del gobierno de Aristóteles Sandoval que encontraron cobijo en la Universidad de Guadalajara, y concretamente en la Rectoría General, son Germán Ramírez Arias, quien fue coordinador de Informática en la Sepaf; Mario Vargas Saldaña, ex director de Recursos Materiales del gobierno del estado; y Jorge Alberto Ruiz Gutiérrez, ex director general Administrativo en la Seder, entre otros.

Dos casos más sobresalen de entre quienes se integraron a la UdeG a la llegada de Villanueva Lomelí. Uno es el de Patricia Hurtado Leal, adscrita a la Rectoría General, quien fungió como secretaria técnica de las Fiestas de Octubre durante la gestión de Fernando Favela Camarena. El otro caso es el de Ruth Noemí Orozco Pérez, adscrita a Comunicación Social como segunda de abordo, quien fue directora del Fideicomiso Ciudad Creativa Digital y a quien la Auditoría Superior del Estado le hizo observaciones por un gasto de 3 millones de pesos.

La adquisición más reciente, en septiembre, fue la de Mario Córdova España, ex director general del Instituto de Movilidad y Transporte el sexenio pasado, quien también está adscrito a la Rectoría General y cuyas funciones se desconocen.

De todo lo anterior, ¿estaba enterado el secretario general de la UdeG? ¿Cuál fue la intervención del abogado general y hasta dónde la Coordinación de Recursos Humanos? Al tiempo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I